Imagen de un polluelo de aguila pescadora.

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Un total de 12 polluelos de cuatro parejas de águila pescadora que han realizado la puesta han volado en Menorca, lo que representa un hito histórico desde que se sigue la reproducción de esta especie amenazada a nivel nacional al tener éxito la totalidad de los huevos puestos.

Desde el Consell de Menorca han explicado que la especie estuvo al borde de la extinción en las décadas de los años 70 y 80, cuando sólo quedaban unas ocho parejas en Baleares. Sin embargo, en los últimos años, la población del archipiélago está formada por unas 21 o 23 parejas, de las que 4 o 5 se encuentran en Menorca.

Las parejas suelen poner tres huevos, pero rara vez logran volar los tres polluelos, ya sea porque algún huevo no eclosiona o porque, si escasea el alimento, el polluelo más pequeño suele morir. También pueden perderse nidadas completas, principalmente debido a las molestias humanas.

Durante los 44 años de seguimiento previos, los polluelos que han volado han fluctuado entre 1 y 11. La cifra máxima de 11 polluelos sólo se había alcanzado una vez, siendo el promedio de cinco polluelos por año. Además, la productividad (polluelos volados por pareja establecida) promedio hasta ahora era de 1,15, mientras que en 2024 ha sido de 3,00.

La administración insular ha subrayado que este año, la escasez de parejas reproductoras ha sido compensada con esta insólita productividad. Normalmente, solo el 25 por ciento de los polluelos llega a la edad adulta, que ocurre a los tres años.

Por tanto, es previsible que, de la producción de 2024, tres nuevos ejemplares se incorporen al stock reproductivo de Baleares, siempre que encuentren el hábitat en buenas condiciones, especialmente de tranquilidad para reproducirse sin interferencias humanas.

Dos de los polluelos de 2024 han sido equipados con emisores satelitales y, tras abandonar los nidos, pocos días después también dejaron el archipiélago para iniciar su migración. Actualmente, uno se encuentra en el interior del sur de la península ibérica y el otro en la costa atlántica del sur de Marruecos. Este último migró volando toda la noche sobre el mar, algo inusual en esta especie. Voló durante 24 horas seguidas y en ese tiempo recorrió 911 kilómetros. El regreso a Baleares es impredecible. Algunos regresan el primer año, pero otros no lo hacen hasta el segundo o tercer año, cuando ya pueden reproducirse.

El seguimiento de la reproducción es realizado por la Sociedad Ornitológica de Menorca (SOM), este año en colaboración con la Agencia de la Reserva de la Biosfera del Consell de Menorca y el Servicio de Protección de Especies de la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal del Govern.