Ángela Navarro Merchán y Joana Camps Payeras fueron las encargadas de leer el pregón | Katerina Pu

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El pasado 15 de abril, la concejala de Fiestas, Patricia Pons, se puso en contacto con el Club de Jubilats de Sant Lluís para proponer que la entidad se encargara este año de pronunciar el pregón de las fiestas del pueblo. Una invitación que aceptaron, convirtiéndose la noche de este viernes en protagonistas en el Pla de sa Creu, y que obedecía al hecho de que el año pasado conmemoraron sus primeros 40 años de historia.

La fiesta tuvo lugar, como es habitual, en el Pla de sa Creu

Sin embargo, el encargo ha servido para descubrir que la efeméride no era correcta, tal y como recordaron las pregoneras que actuaron como portavoces, la presidenta del Club, Ángela Navarro Merchán, junto a  Joana Camps Payeras. Rebuscando en los archivos, ahora sale a la luz en los estatutos que la fecha de constitución de El Hogar del Jubilado de Sant Lluís fue el 26 de marzo de 1981, es decir, 43 años atrás.

Cifras aparte, el pregón sirvió para echar una nostálgica mirada a la historia de la entidad, un relato construido principalmente a través de las actas de las reuniones celebradas y de los testimonios familiares. Una trayectoria que arrancó con la redacción de unos estatutos de los que se encargaron dos de los miembros de la primera junta directiva: Gerónimo Comellas Gomila (presidente) y Lorenzo Pons Olives (tesorero), de quienes se realizó una semblanza a modo de homenaje.

Durante el encuentro se proyectaron imágenes del club y actividades

Alternándose en el turno de palabra, Navarro en castellano y Camps en menorquín, fueron desvelando diferentes momentos vividos por el club y alguna que otra anécdota, como por ejemplo el hecho de que los primeros 84 socios fueron hombres, cuando a día de hoy «casi siempre hay más mujeres» en las actividades.

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Se rememoró también cómo el 8 de septiembre de 1981 se celebró la primera reunión de la junta directiva, durante la que se organizó la que fue la primera excursión de la entidad, una visita al Arenal d’en Castell para después comer en Cala Blanca y a continuación visitar los clubes hermanos de Ferreries y Es Mercadal y poner la guinda a «un día muy alegre».

Y así, las pregoneras continuaron rememorando diferentes momentos clave, entre ellos la reunión del 25 de marzo de 1991, durante la que se acordó crear una coral para el décimo aniversario cuya trayectoria se prolongó en el tiempo.

El acto incluyó una representación de lo que puede ser un día cualquiera en el Club

En el tramo final, Navarro puso el acento en que la labor del Club es ofrecer a sus socios el máximo de posibilidades: «Hay que seguir aprendiendo, mantenernos en forma, cantar, bailar, viajar y salir de excursión, profundizar en la historia de nuestra Isla y transmitir las costumbres a nuestros descendientes». Por su parte, Camps recordó que «el hecho de estar jubilado no quiere decir que nos tengamos que quedar en casa viendo la tele o haciendo ganchillo, que también lo podemos hacer. Igualmente podemos disfrutar, y mucho, ya que hoy día hay muchas actividades para gent gran con espíritu joven».

Durante el pregón se proyectaron imágenes de socios de la entidad, muchos de ellos ya desaparecidos, y el colofón a la fiesta llegó con una representación de lo que suele ser un día cualquiera de trabajo en el Club.