Un nido de ‘xorics’ en una fachada de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

TW
2

En pleno casco antiguo de Ciutadella y ajenos al bullicio de la fiesta, unos xorics se preparan para el momento de su primer vuelo, un salto al vacío para las valientes crías, que han nacido al abrigo de la oquedad en una fachada.

Hace tiempo que los pequeños cernícalos son observados en su hogar,  a través de la ventana de un hotel cercano, desde que la hembra incubó los huevos en el nido hasta que poco a poco fueron asomando las rapaces, en cuya dieta se incluyen otros pequeños animales: desde ratones y lagartos a insectos de gran tamaño.

Su nacimiento y evolución se convirtieron, sin ellos saberlo, en el principal atractivo para quienes se alojaban enfrente. Ellos, con su mirada aguda, sus vuelos en busca de presas y sus espectaculares picados son dueños de los cielos de Menorca.