El dibujo de la calavera se distingue con mucha claridad | Maria Pons

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El pasado lunes por la tarde, una vecina de Ciutadella se llevó una sorpresa cuando entró en el patio de su casa y vio una mariposa de lo más peculiar pegada a la pared.

Con un más que respetable tamaño de unos ocho centímetros  de largo y un aspecto oscuro y peludo, la mujer tuvo que convivir durante unas horas con este  insecto, cuya identidad descubrió una vez su marido llegó a casa y se pusieron a investigar juntos a través de Internet.

Tenían en casa a nada más y nada menos que la famosa esfinge de la muerte africana. Mientras que comúnmente es conocida de esta forma o como esfinge de la calavera africana, en el ámbito científico recibe el nombre de Acherontia Atropos.

Y es que no viene dado por casualidad. En su dorso se puede encontrar un dibujo muy similar al de una calavera humana, lo que le ha otorgado una mala fama a lo largo de la historia.

De ahí que la comunidad científica recurriese a la mitología griega para bautizar a este insecto. Su nombre es fruto de la combinación de Aqueronte, el río que conducía hacia el inframundo, y Átropos, la mayor de las tres Moiras y quien condenaba a muerte a los humanos cortándoles su hebra de vida con sus tijeras, según las creencias de la Antigua Grecia.

Vinculada al surrealismo

La esfinge de la muerte africana siempre ha tenido un lugar especial reservado dentro de la cultura popular.

De hecho, esta mariposa ha sido protagonista de obras literarias como «La Esfinge», un cuento escrito por el prolífico autor estadounidense Edgar Allan Poe, o de producciones cinematográficas tan importantes como «Un perro andaluz», guionizada por Luis Buñuel y Salvador Dalí, o «El silencio de los corderos», el thriller basado en la novela homónima.

Esta constante relación con la muerte, lo macabro y lo surrealista es lo que la ha hecho ganarse sin mercerlo una reputación un tanto negativa.

El apunte

Una especie bastante extendida en Menorca

Pese a lo exótica que pueda resultar por su apariencia, lo cierto es que la esfinge de la muerte africana es una especie «bastante extendida y muy común» en la Isla, según Sonia Estradé, del OBSAM, y Tòfol Mascaró, del GOB. Ambos expertos coinciden en que puede sorprender a aquellos que la ven por primera vez por su gran tamaño y el ruido que emiten, pero su presencia es de lo más habitual.