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La amenaza de lluvia no pudo con la celebración de Sant Nicolau después de que el año pasado alterara la tradicional fiesta, cuando se decidió que la comitiva subiera a El Toro en autobús para evitar accidentes con los caballos por culpa del suelo mojado. Así, los fieles a esta tradición de la que participan representantes de todos los municipios de la Isla pudieron disfrutar de una espléndida mañana.

Como es costumbre, la jornada comenzó bien pronto, a primera hora de la mañana, con la diana ambientada musicalmente por Sa Xaranga des Endurriols, una parte de la fiesta que condujo al inicio de la parte más protocolaria, con el replec de la qualcada al son de la fabiolera Roser Vinent.

En torno a las diez de la mañana tuvo lugar la entrega de banderas a los diferentes representantes de los pueblos en la Plaça de la Iglesia, para posteriormente iniciar el camino de ascensión a El Toro. Una vez allí, se cumplió con la celebración de la Missa de Caixers, y al término de la misma, cuando faltaban diez minutos para la una de la tarde, comenzó el jaleo, en el que participaron los 47 jinetes de la qualcada.

Sobre las 4.30 de la tarde, la comitiva regresaba a Es Mercadal para despedir a la capellana, Joan Camps Serra, y decir adiós a Sant Nicolau hasta 2019, no sin antes disfrutar de una animada verbena por la tarde.