El chef Tomás Cano, en primer plano, en los fogones de Binissuès preparando la degustación de carnes para la jornada | Sergi Garcia

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Chuletón de ternera vermella menorquina, «sin disfrazar», tal y como explica el chef Tomás Cano; crépine de pollo relleno de sobrasada y queso de Menorca, paletillas de cordero al horno confitadas y una terrina de conejo con queso fresco, boniato y piñones. El sector cárnico insular hizo gala este sábado de todo su potencial durante la celebración en Binissuès de una nueva sesión del programa Diàlegs de la Reserva de la Biosfera, una iniciativa que tiene por objeto la promoción de la gastronomía y el producto local menorquín.

El sabroso menú fue el plato fuerte con el que se cerró una jornada también provechosa en lo que se refiere a la información. Así, durante una mesa redonda y una posterior tertulia, en la que además de expertos se contó con la participación de ganaderos, distribuidores y hosteleros, se habló de la importancia que supone que se haga un óptimo aprovechamiento de los productos cárnicos locales como pilares de la sostenibilidad económica y social.

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