Feria. Celebra una nueva edición con el mismo formato de la última década, pero con la novedad de estrenar fecha en el calendario: por primera vez en su historia tendrá lugar en el mes de julio y no en agosto

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La Fira de Brocanters va más allá de lo puramente comercial explican sus promotores, aunque avanzan que quien se pasee por ella podrá encontrar buenos precios. Dicen que no es solo un lugar donde comprar antigüedades, piezas de arte o artículos de coleccionista, es más que eso afirma uno de los organizadores y además expositor Tòfol Bosch, quien advierte que lo principal es que «la gente que venga se vaya contenta para que el año que viene podamos disfrutar todos de una nueva edición».

Celebrada el año pasado la primera década de la feria, ya está todo a punto para que este miércoles, a partir de las 18 horas, se cumpla con la tradición de inaugurar la muestra en el Recinte Ferial de Es Mercadal. Una cita consolidada, con en mismo modelo de las ediciones anteriores y con la única novedad de la fecha elegida: por primera vez en su historia se celebrará en julio y no en agosto. Se han programado para esta edición cinco días de exposición, este miércoles, el jueves y el viernes atendiendo al público de 18 y 22 horas, al igual que el sábado y el domingo, jornada en la que abrirán sus puertas en horario matutino, de 11 a 14 horas.

Se han apuntado a la feria de este año seis anticuarios con negocios en la Isla: además de Bosch, exhibirán sus joyas del pasado Carlos Mercadal, Miquel Riudavets, Ivo Mercadal, Frederic y Antoni Ramos. Entre todos ellos se han encargado de poner en marcha una feria que además contará con la participación de un artista invitado, Miquel Vidal, que exhibirá sus pinturas en uno de los pabellones del recinto.

La muestra de Brocanters se ha hecho un hueco en el calendario ferial menorquín después de aguantar más de una década en activo, aunque tal y como explica Tòful Bosch lo han logrado a pesar de que no ha sido una buena época para el sector. «Como en todos los campos, nosotros también hemos sufrido los efectos de la crisis». Ello, de alguna forma, se ha traducido en un beneficio para los coleccionistas, aseguran desde la organización de la feria, ya que ahora es posible comprar artículos a un precio más económico, con rebajas en muchos casos que rondan el 30 por ciento.