El acusado, durante el juicio. | Europa Press

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En el juicio de la supuesta violación a una chica en una casa de okupa de Maó en octubre de 2022, celebrado este jueves en la Audiencia Provincial de Palma, ha salido a la luz que otro hombre también participó en las relaciones sexuales, que han acabado con una denuncia por un presunto delito de violación.

El acusado lo ha admitido en el juicio, para en su defensa alegar que las relaciones sexuales fueron consentidas y que incluso fue ella quien propuso tener sexo en grupo, después de estar fumando en su domicilio. Esta tercera persona había declarado antes que en su caso las relaciones no fueron completas.

Por su parte, la víctima (que durante los hechos era menor de edad y estaba tutelada por el Consell de Menorca) ha declarado en el juicio que no recuerda la participación de una tercera persona, argumentando que no era muy consciente de lo que estaba pasando, ya que fue víctima de una sumisión química.

Los médicos lo confirman

Durante la vista, los médicos han explicado que hallaron en las pruebas practicadas a la víctima restos biológicos que podrían corresponder a dos hombres diferentes, mientras que una psicóloga de la administración de justicia ha apuntado que la chica presentaba, años después, sintomatología postraumática.

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El acusado de violar por sumisión química a una menor en Menorca ha admitido este jueves que sí que hubo relaciones, pero que fueron consentidas y a iniciativa de ella. El hombre, que se enfrenta a una condena de diez años de prisión, ha insistido en que era la menor la que, en un tiempo en el que estuvieron conviviendo, se le «insinuaba». Este comportamiento, ha apuntado, le resultaba incómodo por la relación de muchos años de amistad que tenía con la madre de ella.

El procesado, a petición de su abogado, ha respondido a las preguntas del fiscal y los letrados de las partes en último lugar y ha negado haber proferido a la chica semanas antes de los hechos comentarios de índole sexual.

Al inicio del juicio, la víctima ha recordado que en el momento de los hechos sintió que «se le cerraban los ojos, que no veía bien, que estaba como desorbitada y que se sintió muy débil». La chica, que en aquel momento tenía 17 años, ha recordado que el día de los hechos estaba con unas amigas en el momento en el que apareció el acusado, a quien ya conocía porque era amigo de su madre desde muchos años antes, y que en algunos momentos se llevaba el vaso del que ella estaba bebiendo. «Recuerdo un par de veces ver como si quisiera beber del vaso», ha indicado, antes de añadir que fue entonces cuando en un momento dado sintió «que se le cerraban los ojos, que no veía bien, que estaba desorbitada y que se sintió muy débil».

Visto para sentencia

El juicio ha quedado visto para sentencia y la Fiscalía mantiene la petición de diez años de cárcel, la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima, así como una indemnización de 6.000 euros.

La defensa reclama la absolución y sostiene que no han quedado los hechos de los que se acusa a su cliente. El letrado del procesado ha sostenido que la declaración de la denunciante no ha sido ni creíble ni coherente. «No ha dicho la verdad y no nos quiere contar lo que pasó», ha concluido.