El joven se presentó de improviso en la casa parroquial de Ferreries.

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Un año de prisión es la condena que finalmente ha recaído en el joven español de 24 años de edad, por amenazar y robar al párroco de Ferreries en la madrugada del pasado 27 de mayo cuando se hallaba en un estado de agitación por la necesidad de consumir drogas.

Su abogada, Susana Anano, y el fiscal pactaron una pena conformada en el juicio celebrado la pasada semana en el Juzgado Penal de Maó. Ese pacto permitió rebajar la condena inicial de 4 a 1 año de cárcel por el reconocimiento de los hechos y el atenuante de toxifrenia.

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El fallo incluye la orden de alejamiento del párroco durante 3 años a no menos de 100 metros de distancia. El hombre aceptó el fallo en su declaración por videoconferencia ya que cumple prisión por otra causa.

El sacerdote le acogía ocasionalmente en la casa parroquial hasta que aquella madrugada, en una jornada en la que no estaba previsto que acudiera, se presentó en el domicilio, le despertó y le exigió 400 euros, entre otros motivos, para pagar el taxi que le había traído hasta Ferreries. El presbítero trató de calmarle, le ayudó y convenció para trasladarle al centro médico del Canal Salat.

Sin embargo ya en el parking del centro médico, el acusado volvió a amenazarle si no le daba el dinero. Se produjo un forcejeo entre ambos dentro del coche que acabó provocándole al párroco una contusión y dolor en el hombro. El sacerdote tuvo que ceder y entregarle los 150 euros que anteriormente había sacado del cajero automático. Poco después el joven se bajó del coche, lo que aprovechó el presbítero para alejarse del lugar. El cura no reclamó ninguna indemnización por lesiones.