La lancha Menorcamar VIII, con siete personas a bordo, se hundió a una milla de la costa, en Sa Mesquida.  | P.L.C.

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La investigación en torno al accidente sufrido por una lancha de alquiler, con siete personas a bordo, el pasado 31 de marzo frente a Sa Mesquida, sigue su curso para conocer las causas que provocaron la muerte del patrón aquel mediodía, a una milla escasa de la costa, sin que llevara puesto el chaleco salvavidas, según ha podido saber este diario.

El fallecido, de 60 años de edad, era un militar de la marina que había estado destinado años atrás en la Estación Naval de Maó, aunque ya había pasado a la reserva. Prestaba servicios como patrón para la empresa Menorca Mar & Charter, en el andén de levante del puerto. A esta náutica se dirigieron los seis miembros de la familia, de nacionalidad suiza, con segunda residencia en Maó, para disfrutar de una jornada matinal de navegación en la lancha «Menorcamar VIII». Se trataba de un modelo Beneteau Flyer 8 de apenas tres años, con 8 metros de eslora y capacidad para 10 personas, aunque las condiciones meteorológicas aquel domingo no parecían las más apropiadas para salir, tampoco decididamente prohibitivas.

Zarparon en un día con oscilaciones máximas de 2,66 metros en la boya de Puertos del Estado en la dársena de levante. De hecho, antes, a las 6 de la mañana se habían registrado olas de hasta 3,5 metros. El accidente ocurrió cuando ya navegaban de regreso por la costa norte hacia el puerto.

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Testimonios

Los testimonios de los tripulantes, dos mujeres de 50 y 55 años, dos hombres de 44 y 46, un adolescente de 16 y una niña de 10, han subrayado el esfuerzo tremendo que hizo el patrón para evitar que la lancha se fuera a pique. Tanto fue así que en su empeño por conseguirlo, para poder disponer de más agilidad de movimientos, se había despojado del chaleco salvavidas que sí portaron los seis excursionistas en todo momento desde que comenzaron las hostilidades en la travesía.

La lancha regresaba a puerto, pero en un momento dado la mala mar y el oleaje provocaron que comenzara a entrar cada vez más agua en la bañera y acabara volcada y hundida. Hasta que los agentes del GEAS de la Guardia Civil no bajen a 40 metros de profundidad para revisar la lancha, no podrá saberse si esa entrada de agua se debió a una vía de agua en el casco o fue solo por el oleaje.

El patrón se habría aferrado a una barandilla para tratar de frenar el hundimiento cuando ya los tripulantes flotaban en el agua, lo que habría acabado causándole la muerte por ahogamiento. Cuando su cuerpo fue rescatado, ya sin vida, por el helicóptero Helimer 220 de Salvamento Marítimo, no portaba el chaleco salvavidas.

La Guardia Civil ha hecho acopio de la documentación de la empresa titular de la lancha para verificar que se ajustara a las normativas vigentes, y las condiciones meteorológicas de aquel día, por si la empresa hubiese incurrido en alguna negligencia al alquilarla. También se analiza el rescate de los náufragos que estuvieron en el mar durante 45 minutos hasta que pudieron ser puestos a salvo por el helicóptero y por otra embarcación rápida de Menorca Mar & Charter. Desde la empresa declinaron ofrecer cualquier valoración sobre el trágico accidente.