Hubo acuerdo entre la fiscal y los abogados y el juicio se limitó a la lectura de la sentencia en la Audiencia. | R.S.

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La mujer española, de 58 años de edad, acusada de tentativa de homicidio sobre su marido, con Alzhéimer y 33 años mayor que ella, admitió ayer en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial que le maltrataba en ocasiones, mientras residían en Maó, pero en ningún caso que pretendiera matarlo.

La fiscal y los abogados llegaron a un acuerdo de conformidad que aceptó la acusada por lo que eludirá la entrada en prisión. No fue necesario, por tanto, que declararan los testigos que debían intervenir por videoconferencia desde los juzgados de Maó.

La mujer quedó condenada a dos años de cárcel por un delito de lesiones por imprudencia grave y otro de maltrato en el ámbito familiar (tres meses por el primero y un año y nueve meses por el segundo). Al carecer de antecedentes penales y no ser la pena superior a los dos años la ejecución de la sentencia queda suspendida siempre que no vuelva a delinquir en cinco años.

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La fiscal pedía en su escrito de acusación ocho años de cárcel por la tentativa de homicidio y dos más por el maltrato habitual. Sin embargo, tras el pacto entre las partes, modificó la acusación al aceptar que la mujer no fue quien administró directamente la insulina a su marido, anciano y enfermo, durante la madrugada del 24 de febrero de 2020, en Maó, sino que fue él mismo quien por error se la inoculó, ya que él no padecía diabetes lo que le provocó una hipoglucemia que le hubiera costado la vida de no recibir atención médica urgente en el Hospital Mateu Orfila. Una vez en el centro hospitalario ella había sido acusada de ocultar intencionadamente en un primer momento que ella sí era diabética y que por ello disponía de insulina inyectable en casa, a pesar de las preguntas que le formuló el médico internista que atendió a su marido en Urgencias.

La fiscal sí responsabiliza a la acusada de haber dejado a su alcance una dosis cargada con la insulina «y sin prestar la debida atención exigida por el estado psíquico de su marido», de ahí el delito de lesiones por imprudencia grave, ya que el hombre pudo recuperarse de esta crisis aunque acabaría falleciendo por causas naturales a principios de julio del mismo año 2020.

La acusada confesó ayer que, efectivamente, incurría en maltrato sobre su marido con el que mantuvo una relación de 12 años aunque contrajeron matrimonio tres años antes de su fallecimiento.

Durante el tiempo que convivieron ella admitió que, pese al delicado estado de salud de su esposo por las diferentes patologías, le obligaba a realizar tareas pesadas de casa, a limpiar la escalera y a cargar garrafas de agua y la compra de víveres en general, lo que le provocaba continuas caídas y golpes. Ese maltrato incluía, además, insultos y amenazas de agredirle y dejarle sin comer si no hacía lo que ella le decía.