Los pasajeros sentados en la parte derecha de la montaña rusa se llevaron la peor parte por la posición en la que quedaron el árbol y las ramas. | Youtube

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El menorquín gravemente herido en el accidente de Port Aventura ha salido este jueves de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Clínic de Barcelona y ha subido a planta. Se trata del músico mahonés Martí Guasteví, que junto a su pareja y los dos hijos de esta, estaba subido en la montaña rusa infantil 'Tomahawk' cuando el fuerte viento, según los Mossos d'Esquadra y el propio parque temático, derribó un árbol próximo a la atracción el pasado domingo.

Las ramas impactaron contra los pasajeros a la altura de su cabeza y sus cuerpos, dejando varios heridos graves. Entre ellos, el menorquín, que como el resto de pasajeros que estaban en los asientos de la parte derecha de la montaña rusa se llevaron la peor parte por la posición en la que quedó el árbol, según las últimas informaciones. Estaba en la segunda fila, junto a su pareja, Raquel Coquard. Los hijos de ella, de seis y ocho años, iban en los dos primeros asientos del vagón. La niña fue otra de las 14 personas que resultaron heridas, aunque en este caso, leve, con tres puntos de sutura en la frente y heridas en la cara.

Tras el accidente, el músico mahonés fue atendido en el hospital Sant Joan de Reus, donde le diagnosticaron una fractura en una vértebra. Recibió el alta el mismo domingo, pero ingresó de nuevo el lunes en el hospital Clínic de Barcelona. Desde entonces ha permanecido en la UCI por un hematoma en la garganta que le impide tragar y apenas hablar. Este mismo jueves ha subido a planta y sus familiares confirman a este diario que evoluciona favorablemente.

Dolidos por la «desatención» del parque

Los afectados por el accidente de Port Aventura, según relata la pareja de Martí Guasteví, Raquel Coquard, a varios medios de comunicación en las últimas horas, se han unido a un grupo de WhatsApp para decidir los pasos que van a dar por la «desatención» de PortAventura. Asegura que cuando los pasajeros llegaron al punto de salida de la atracción, los empleados no sabían qué había pasado. Además, denuncia que «no han hecho ningún seguimiento» y que la atención recibida desde el primer día ha sido «pésima». Afirma que «creo que iremos todos a una» y que «evidentemente emprenderemos acciones».