Los hechos, según relató la menor, se produjeron en agosto de 2018 en un piso que compartían en Ciutadella con varias personas, entre ellas la madre de la víctima y el acusado y su novia.
La chica explicó que ella estaba dormida cuando se despertó sorprendida porque el presunto violador estaba tocándole el pelo. Entonces le dijo que no pasaba nada, pero la agarró fuerte por el brazo y le bajó los pantalones.
Tras desvestirse él también se consumó la violación. «Una vez que acabó, se marchó, pero momentos después volvió al piso y me dijo: ‘Se me ha ido la pinza, no digas nada a nadie'», dijo la chica, quien reconoció que hasta ese momento no había mantenido relaciones sexuales con nadie.
Después de ocurrir, la menor fue a buscar a su madre, que estaba en el trabajo, y cuando le contó lo sucedido fueron al médico y de ahí al hospital, donde recibió atención médica y policial.
Durante el juicio, el presidente de la Sala y juez tuvo que parar en varias ocasiones al abogado del acusado para remarcarle que las preguntas a la víctima no procedían. Las mismas versaban sobre si tenía mucho pecho, cómo vestía o por qué no se resistió con más firmeza.
Graves secuelas
El interrogatorio se tuvo que parar por la indisposición de la menor, que estaba nerviosa. Así, confirmó que sigue en tratamiento psiquiátrico y desde entonces no ha vuelto a tener relaciones con chicos porque se siente «muy insegura y con miedo» de que le vuelva a pasar.
El acusado solo respondió a preguntas de su letrado, quien dirigió sus cuestiones sobre el aspecto físico de la menor. El hombre negó los hechos y reafirmó que no sabía la edad de la chica: «Pensaba que podía tener unos 16 o 17 años por la forma que se comportaba y por su altura. Era muy corpulenta».
Sin embargo, la madre de la menor, que declaró como testigo en el juicio, afirmó que la niña medía en torno a 1,50 metros y cuando la presentó dijo que tenía 14 años. En este punto, la víctima repitió que ella decía «constantemente» que estudiaba ESO.
Incluso, la madre relató que justo esa mañana la dueña del piso no estaba porque había ido al médico y lo había dicho la tarde anterior a todos los convivientes. «Mi niña siempre se quedaba sola en el piso mientras yo trabajaba, pero la dueña estaba de baja laboral y no salía de casa. Pero esa mañana tenía médico y nos lo dijo a todos», señaló. De hecho, la víctima relató cómo el acusado le repetía que no dijera nada, que estaban solos que no iba a venir nadie.
Además de los policías que atendieron a la víctima, declaró la dueña de la casa, quien corroboró los hechos y subrayó que cuando regresó del médico, vio a los policías en su casa y le contaron lo sucedido: «La niña estaba muy nerviosa y se me abrazó llorando».
El juicio continuará este martes y miércoles cuando finalmente quedará visto para sentencia. La Fiscalía pide una condena de 13 años y medio de prisión para el acusado, además de una indemnización para la víctima de 20.000 euros y una orden de alejamiento de cinco años.
6 comentarios
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Si ha estat tan valent per violar a una menor(si sa sentència així ho indiquès) que sigui valent d'acatar ses conseqüències,un altra vegada hi pensarà abans de fer lo que no toca.
Como dice el meme, el que toca a un nene, bala y al río.
@rezze De las penas por homicidio hablaremos luego pero lo que dices es que 13 años es mucho ¿verdad? A lo mejos tendrías que ponerte en la piel de la niña a ver qué siente en lugar de en la piel del presunto agresor. D'ont no n'hi ha no en treuen.
lo que hay que hacer es elevar las otras penas...no puede ser que equiparen robar un banco, una casa con asesinar o violar a alquien...y traficar....que si que todo esta mal pero hay cosas que afectan para siempre
Sylvia13 anys son uns quants eh,al nivell de pena de un homicidi ..
Trece anys em pareix poquisim temps. Agredir a una menor i arruinar-li la vida. Mereix un càstig molt més sever, no té perdó