El acusado, español de 20 años, sostuvo que no había vendido droga al grupo de amigos del joven fallecido, aunque sí admitió que parte de la sustancia hallada en su casa eran pastillas de éxtasis que se había fabricado él mismo adquiriendo la materia prima en internet.
El juez ordenó su ingreso en prisión a petición de la fiscal sin especificar el delito, aunque sí considerando los indicios de tenencia y tráfico de drogas lo que ya, de por sí, conlleva una responsabilidad criminal con penas que pueden superar los dos años de prisión.
Su amigo, de la misma edad y nacionalidad marroquí, con quien fue detenido, quedó en libertad provisional tras prestar declaración aunque debe presentarse periódicamente en el juzgado y le ha sido retirado el pasaporte.
Las diligencias siguen su curso en el marco de la investigación. El abogado de los acusados, José de Juan López, reitera que no hay ninguna prueba determinante para demostrar que fue su cliente quien vendió la droga al grupo. El análisis de las pastillas halladas en casa del detenido puede ser clave si coincide o no con el resultado de los que le efectuaron al joven que perdió la vida tras una noche de fiesta en el puerto.