El acusado, este martes en el juicio. | Javier Coll

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El hombre de 36 años que se enfrenta a una pena de 14 años de cárcel acusado de violar a una discapacitada intelectual del 67 % en la urbanización menorquina de Cala en Porter ha declarado en el juicio que la relación fue consentida y que no conocía la deficiencia mental de la mujer. La defensa pide la libre absolución.

La Audiencia Provincial ha celebrado este martes en Maó el juicio por agresión sexual y lesiones por unos hechos ocurridos en abril de 2015, una vista en la que la víctima ha declarado a puerta cerrada a petición de las acusaciones, que además de la pena de prisión reclaman 6.000 euros por daños morales y 200 euros por daños físicos. La defensa ha solicitado la libre absolución.

La supuesta agresión se habría producido en el interior de un coche donde, según la acusación, el varón años habría forzado a la mujer, de 22 años, a mantener relaciones sexuales con él.

En el encuentro, que se produjo tras concertar una cita a través de las redes sociales, la chica no se opuso a mantener relaciones íntimas, según ha declarado el acusado, que ha insistido en que no se percató de que la chica tenía limitada su capacidad intelectual.

Después del acusado y la víctima ha declarado la madre de la joven, que fue quien llamó a servicios sociales cuando su hija le relató los hechos. La testigo ha afirmado que su hija solo quedó con el agresor para conocerse y que no tiene capacidad para mentir.

A continuación ha declarado el hermano del acusado, que conocía con anterioridad a la supuesta víctima porque también se había citado con ella y fue quién puso en contacto al acusado con la chica. Ha explicado que en su encuentro, ella había intentado mantener relaciones sexuales pero él rehusó.

En calidad de peritos han comparecido una medico forense y la psicóloga que atendieron a la víctima el día después de los hechos.

La forense ha declarado que la mujer presentaba hematomas que eran compatibles con una agresión, pero que no pudo determinar con seguridad el origen de estas marcas.

Por su parte, la psicóloga ha calificado la discapacidad de la víctima como «ligera» y ha afirmado que el acusado podría haberse percatado de la discapacidad intelectual de la supuesta víctima por el tiempo que paso con ella.

En su conclusiones, el fiscal ha sostenido que el acusado utilizó su superioridad de capacidades para un aprovechamiento sexual, mientras que la defensa ha insistido en que las relaciones fueron de mutuo acuerdo y que no existen elementos objetivos que prueben la negativa de la joven a mantener relaciones con el supuesto agresor.