El establecimiento que ha denunciado a sus trabajadores está ubicado en la urbanización de Cales Piques. | Gemma Andreu

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Un hotel, situado en la urbanización de Cales Piques, en el término municipal de Ciutadella, ha denunciado a siete de sus empleados a los que ha acusado de un delito de hurto de alimentos perpetrado en la cocina y el economato de este establecimiento turístico durante la mayor parte de la temporada estival.

El director de la instalación hotelera ha concluido que los siete empleados están organizados en dos bandas relacionadas de 3 y 4 personas para perpetrar los hurtos sin ser descubiertos. Según sus averiguaciones, el robo de alimentos se inició a principios del pasado mes de junio, y desde entonces habrá supuesto unas pérdidas de 10.000 euros por la cantidad de alimentos que, presuntamente, han llegado a sustraer estos trabajadores según la demanda que ha interpuesto el mismo responsable en la comisaría. En ocasiones, incluso, señaló que se vieron obligados a improvisar menús para servir a sus huéspedes por la falta de género. El propósito del robo de alimentos ha sido revenderlos en bares o restaurantes próximos al mismo hotel, además de consumo propio.

Los acusados, que ya han sido citados a declarar estas dos últimas semanas a partir del procedimiento judicial abierto, niegan los hechos en su totalidad y algunos de ellos consideran que se trata, simplemente, de una maniobra de la dirección del hotel para despedirles y ahorrarse la indemnización. Otros han sugerido que uno o dos empleados más próximos a la dirección sí habrían sido descubiertos por ellos llevándose alimentos de la cocina con el consentimiento de los responsables.

La mayoría de los empleados denunciados -dos mujeres y cinco hombres- de nacionalidades rusa, mauritana, colombiana, argelina y sahariana, llevan muchos años trabajando en el hotel en puestos relacionados con la cocina. Una mujer, por ejemplo, ha completado 16 años en la empresa.

Según la acusación, el propio director ha visto cómo estos empleados, en alguna ocasión, se llevaban los alimentos. Unos los sacaban del hotel y otros los esperaban con sus vehículos fuera para cargarlos. El director, incluso, llegó a contratar a detectives para corroborar sus sospechas y más tarde puso cámaras de seguridad en las inmediaciones.