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Raquel Marqués Díez

Hace unos días enterré miIphone. Fue un sepelio íntimo al que sólo acudieron mis allegados. En cuestión de minutos vi como se desmoronaba todo mi mundo de contactos personales y laborales y, lo que es peor, perdí más de 1.500 canciones registradas en la aplicaciónIpod. Ironías de la vida, unos llegan a centenarios y otros, como mi ex móvil de última generación, enferman en apenas un año. Ahora voy por ahí con un horrible teléfono de plástico de los chinos de 19,90 euros. Bueno en realidad de 7,90 euros porque la compañía se ha estirado y me ha regalado una tarjeta de 12 euros. Es decir que ha revertido mis doce años de fidelidad con la línea a razón de un euro por año. ¡Estos sí que son de la Virgen del Puño!

De mi discoteca móvil -nunca mejor dicho- echo de menos los temas de Sidonie, aunque por una extraña (o no tan extraña) razón en los que hay días en los que todo me sale que ni pintado, -y a las pocas horas de fallecer miIphone-, el grupo catalán actuó en el Jazzbah del Port de Ciutadella (local del que cabe destacar una programación musical que es de agradecer). Allí disfrutamos como enanos del lujo de uno de esos directos que enganchan. Sin pasar a valorar la evidente calidad de su música, los Sidonie son espectáculo puro sobre el escenario. Su quinto disco, "El incendio", saldrá al mercado este agosto. No les pierdan de vistawww.myspace.com/sidoniespace.