Recordant Mario Benedetti

Aquest diumenge passat va morir a ca seua a l'edat de 88 anys l'uruguaià Mario Benedetti, una de les principals figures de la literatura en castellà dels nostres temps. Poesia, contes, multitud d'assajos, reflexions sobre la realitat? Benedetti és admirat i seguit arreu del món per la seva capacitat de dir amb senzillesa les coses més profundes i sobretot per la concordança entre els seus escrits i la seva vida. De fet, el compromís moral i ètic que mostren molts dels seus textos s'ha vist reflectit en la seva llarga militància social i política. Mario Benedetti sempre va estar compromès amb la literatura i amb el seu temps.
El govern d'Uruguai va decretar dol nacional el passat dilluns dia 18 i milers de persones de totes les edats i condicions van voler dir-li el darrer adéu.
Benedetti va deixar dites coses tals com "Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas" o "Después de todo, la muerte sólo es un síntoma de que hubo vida".
No trobam millor manera de recordar-lo que rellegint la seva poesia.

Pasatiempo
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.

Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.

Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.

Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.

Chau número tres
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Mario Benedetti