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Raquel Marqués Díez
LaBarbieya es una cincuentona y, sin embargo, sigue manteniendo el tipo sin necesidad deliftingsni dietas de la alcachofa. Sin una arruga, ni una cana, ni plan alguno por sentar la cabeza, la muñeca de Mattel ha pretendido evolucionar al ritmo de lasociedad y, por supuesto, de manera connatural al de las nuevas tecnologías. Pero pese a sus esfuerzos por estar presente incluso en las principales redes sociales como elfacebook-donde su perfil ya cuenta con 70.000 amigos virtuales-, me parece a mí que sigue flaqueando en esto de la modernidad. LaBarbiees un claro ejemplo de cómo un juguete puede convencer a generaciones bien dispares aún habiendo pasado medio siglo. Un mensaje que, a mi modo de ver, choca frontalmente con la realidad de este mundo. Así que es probable que sea más beneficioso que enseñemos a spotifear a los más jóvenes con una herramienta que ha revolucionado el modo de escuchar música (www.spotify.com) porque a la hora de amueblar la cabeza siempre será mejor educar el oído que aprender a surfear con Kent.