Adiós, Madrid, que te quedas sin gente: y se iba un zapatero de viejo?.

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Ángel Guirao
Maó

Hay gato encerrado".
Se refiere a que hay motivos ocultos o reservas mentales por parte de la persona a quien se dice o de quien se predica.
"Dar la matraca".
Burlarse de otro de manera pesada insistiendo en un asunto que sabe que le mortifica y molesta.
"Crespa, tal te quiero".
Alude a que quien ama no repara en los defectos de la persona querida.
"Hasta verte, Jesús mío".
Esta frase exclamativa se decía antaño cuando el bebedor se disponía a dar cuenta del contenido de una taza.
"Estar sembrado".
En el ámbito de la amistad y la familia se dice de quien sorprende siempre con las soluciones más atinadas y a quien se le ocurren salidas brillantes.
"Adiós, Madrid, que te quedas sin gente: y se iba un zapatero de viejo".
Es una expresión que decimos cuando se va alguien que, siendo de poca monta, se da tono o presume de categoría social e importancia.
"Oiga, compadre : ¿pare la burra o no pare?".
Es expresión irónica dicha a quien se expresa con excesivos circunloquios, con remilgos y tapujos , sin concluir, sin decir nada concreto y haciendo perder el tiempo a quien escucha o espera algún resultado del prolijo discurso.
"Dar un cuarto al pregonero".
Se emplea para reprobar la divulgación de un secreto.
"Le vino Dios a ver".
Esta frase se aplica a alguien que, teniendo gran necesidad, resulta muy afortunado.
"Ser un pardillo".
Se refiere a personas de escasa cultura a las que se puede engañar fácilmente.