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RAQUEL MARQUÉS
Maó
Con su espíritu libre ganó la partida. La de una trayectoria con cabida para cualquiera que sea la experimentación menos para el oportunismo de lo comercial. Por suerte para José Olaso (San Sebastián, 1938), vive ajeno a las ataduras de los marchantes. Iba para arquitecto, pero desde muy joven se dejó seducir por la pintura. Ligado a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando tuvo la fortuna de ser testigo directo de la "bohème" madrileña. Se introdujo en el ambiente a la par que "picoteaba" de aquí y allá. Rodeado por nombres como el de Pedro Mozos, José Caballero (con quien trabajó el dibujo) o Pancho Cossío (del que dice aprendió todos "sus secretos de cocina"), Olaso recuerda esta época como "unos años fenomenales" donde acudía a las sesiones de desnudo y figura humana del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En los setenta expuso en la sala de Pasos Perdidos de la UNESCO, entre Picasso y Miró.
Hoy su obra forma parte de la última colectiva de la galería Encant de Maó. Dibujos a lápiz y óleo. Una explosión de color, como objeto de liberación, en la que se halla actualmente inmerso y con la que muestra la síntesis de la figura a la que le ha llevado el análisis. "La eliminación de lo anecdótico llega por necesidad, lo esencial es el movimiento", señala. Un dinamismo del individuo que logra captar con exquisitez. "La pintura es una evolución, yo he desarrollado la mía propia, he abarcado todos los estilos: impresionismo, expresionismo, abstracción... Una evolución que, sinceramente, no veo en los autores de hoy", espeta y, añade, "la pintura es un lenguaje que ha pasado de gestarse en las escuelas a tomar la forma individualista de cada uno".
En los ochenta llegó a Menorca. Actualmente crea en Maó. Su trabajo, afirma, le renueva el espíritu y hasta la sangre. Hace años expuso en Ciutadella y Es Migjorn. Hoy ha decidió "casarse" con Encant. Aunque por ello no renuncia a su espíritu libre, sino que gana una alianza junto a una galerista "que está innovando en el ámbito artístico menorquín". Una apuesta fuerte.
El paisaje, la tauromaquia o los caballos son parte de su universo temático. Observador minucioso del mundo, recoge gestos, escenas cotidianas, madres, hijos, bohemios... y los lleva al lienzo con la maestría que sólo puede fluir de un enriquecedor bagaje cultural. Es un privilegiado que vivió los cambios próximo al grupo El Paso, junto a Antonio Saura. Pero, por ventura, su generosidad no delató aquella parte oscura que guarda todo ser humano. Honesto y comprometido con lo que hace, la esencia de su obra sigue radicando en la plástica. "En la pintura está el valor de todo", quizá por ello sus cuadros respiren vida, en contra del materialismo y la racionalización. Quizá, también por ello, sea un espontáneo que se deja llevar por el sentimiento.

Dibujos de José Olaso. Hasta final de mes en la galería Encant. Calle Infanta, 20 de Maó
www.encant.net