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RUBÉN PÉREZ ATIENZA
Transcurridas tres cuartas partes del año, el Garaje Sónico comienza a reordenar sus estanterías y pasar revista a cuáles son las joyas que nos está dejando este 2008, un año musical que por otra parte no está siendo nada del otro mundo. Sin embargo se han dado sorpresas agradables. De repente, artistas de los que no habías oído hablar en tu vida, pero que llevan ya años dedicados a la composición, aparecen como por arte de magia para alegrarte el día o, como quien dice, la temporada. Y ése es el caso de Bon Iver, seudónimo bajo el que se esconde el cantautor norteamericano Justin Vernon, anteriormente miembro de la banda DeYarmond Edison.
"For Emma, forever ago", su álbum de debut en solitario, como casi todos los buenos discos, tiene su y historia, y ésta comienza con la decisión de Vernon de recluirse voluntariamente durante cuatro meses en una cabaña de una montaña de Wisconsin. Cuentan que por aquel entonces le había dejado su novia, supuestamente una tal Emma, y la banda de la que formaba parte había decidido separarse. Apoyado únicamente en su soledad, Vernon se puso manos a la obra para componer un álbum que para muchos podría parecer, por su ritmo sosegado, triste, pero nada más lejos de la realidad: "For Emma, forever ago" (algo así como "para Emma, para siempre") es un disco rico en matices, con letras de aparente simpleza pero ricas en alegorías, adornadas por una voz en "falsete" y guitarras acústicas. En definitiva, una de las joyas "low-fi" del presente año que a buen seguro estará presente en muchas de las listas que las publicaciones especializadas presentarán el próximo mes de diciembre. Para quienes todavía no se hacen a la idea de cómo suenan las canciones de este "loco de la colina", se podría decir que su estilo tiene ciertas similitudes con proyectos como el folk de Iron & Wine, aunque con aires soul.
"For Emma, forever ago" está compuesto por nueve canciones, nueve piezas redondas, algunas de las cuales se podrían definir como magistrales, como por ejemplo "Flume", "Skinny love" o "The wolves (Acts I & II). Sin duda alguna, un disco perfecto para perderse un buen rato por ahí fuera.