En 2007, el príncipe de Sealand puso en venta la isla artificial frente a las costas inglesas

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RAQUEL MARQUÉS DÍEZ
Agustín Fernández Mallo y su "Nocilla Dream" me abren los ojos sobre las ventajas que puede tener ser líder de una micronación. Decido que la mía se ubicará a 24 millas de Son Saura por aquello de que cuando me canse de la conquista en aguas internacionales pueda regresar a dormir la siesta bajo el pinar de uno de los paraísos menorquines por excelencia.
Lo tengo todo calculado, partiré con unllaütrepleto de víveres a la espera de afiliados que apoyen mi causa. Les puede parecer una idea estrafalaria y difícil de digerir en tiempos de globalización, pero habla el escritor y físico gallego de un precedente mundialmente conocido como "Sealand". Éste es un estado autodeclarado pero no reconocido como entidad, que proclama como su territorio a Roughs Tower, una ex-plataforma marina usada como fuerte naval, construida por la Royal Navy en 1942 y localizada en el Mar del Norte a 10 kilómetros de la costa de Suffolk, en el Reino Unido. Hace 41 años un ex mayor del Ejército británico llamado Roy Bates se estableció allí con su familia, se hizo con su propiedad y se adjudicó a sí mismo el título depríncipe. Así que tomando ejemplo, puedo pasar, de la noche a la mañana de ser una periodista de un diario insular a toda una infanta del Principado de Sonsauraland.
En mi país tengo previsto emitir pasaportes, sellos de correos y acuñar una moneda propia. E incluso, si apuro en trámites, enviaré a un equipo de deportistas de Sonsauraland a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Suena pretencioso, pero piensen que sólo así Roy Bates y su prole lograron ser abanderados de Miguel de Cervantes: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".