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Fue bonito mientras duró, pero la aventura de Romeo y Julietta ya no da más de sí. Y no será por la falta de empeño de sus integrantes, que se han esforzado por sacar adelante su proyecto musical. Después de toparse con la muralla infranqueable que supone el poder fichar por una casa de discos, el grupo ha decidido poner punto y final al proyecto. El vocalista de la banda, Joan Pau Bonet, se queja de la falta de apoyo que han sufrido. A su juicio, los grupos musicales con miras que van más allá de tocar en verbenas y plazas de pueblo tienen fecha de caducidad: dos años. Ese es el tiempo que ha durado Romeo y Julietta.
De poco sirven ahora las palmaditas en la espalda y frases como "es una pena, erais buenos". Ya es demasiado tarde y no hay vuelta atrás. Y es que el "pecado" del grupo quizá haya sido la ambición de traspasar las fronteras del panorama musical insular, un objetivo que tiempo atrás consideraron factible, sobre todo después de alzarse con el premio Art Jove 2007 de música contemporánea, pero ni con esas. La falta de medios obligó a Romeo y Julietta a autoproducirse un EP, "Cuando cae la oscuridad", que estaba llamado a convertirse en su primer LP. Quizás los promotores del certamen deberían reflexionar sobre el sistema elegido (premios en metálico) y buscar nuevas vías de promoción para las bandas del Archipiélago.
El próximo día 5, a las 23 horas, el grupo ofrecerá su último concierto en la sala Ars Café de Maó, una fiesta en la que estarán acompañados en el escenario por sus amigos de Triste Páramo y esperemos que también por un numeroso público que les ofrezca una cálida ovación por haberlo intentado, que en los tiempos que corren no es poco. (R.P.A.)