"Estoy en Menorca esperando a mis médicis"

RAQUEL MARQUÉS
Maó
Quién le ha procreado?
Yo mismo. Todos somos una consecuencia de nuestros propios actos. La vida me ha descubierto en pañales de nuevo.
¿Qué es lo más duro del nacimiento?
La soledad. Naces y estás solo. Pese a que haya un montón de gente a tu alrededor, no conoces a nadie...
¿Cómo surge Mauri Lavayén, el artista?
A raíz de dar respuesta a una pregunta. En esa etapa de mi vida pensé: o comienzo a ir al psicólogo o empiezo a transmitir con mi arte lo que me pasa. Así fue como decidí dedicarme a materializar lo que sentía, lo que quería decir...
¿Cómo explica su arte?
Es un arte de búsqueda y, sobre todo, narrativo. La mayoría de las piezas cuentan algo para ello, utilizo materiales de la vida cotidiana que la gente no cree que pueda formar parte de una joya y eso no es así, sino que pueden llegar a transferirse creando un ornamento muy interesante.
Con su atrevimiento, ¿no rompe los esquemas del público?
La gente tiene un concepto de la joya como algo muy estético: como una pieza cara que sólo puede ser trabajada con materiales nobles. Pero desde mi punto de vista el ornamento es algo más sencillo que puedes utilizar cómodamente en tu trabajo.
Háblenos de esos materiales tan peculiares.
En primer lugar comencé a trabajar con el volumen. He utilizado filtros de aire acondicionado y de café en aluminio. Luego pasé a la superficie plana, pero con estructura. Estoy incorporando diferentes texturas de mica, un mineral que se encuentra en plena naturaleza. En mi caso lo traigo de Argentina.
Su trabajo requiere una constante evolución.
Sí, la evolución te mantiene despierto. En estos momentos estoy buscando una alternativa entre la joyería y la escultura de gran formato. En 2009 tengo prevista la exposición "Objetos de culto" donde la mayoría de piezas serán de metal, en un formato con el que presentaré una especie de microesculturas.
¿Cómo selecciona los materiales?
En realidad me vale todo. Encuentro los objetos en mercadillos de antigüedades y también me sirvo de elementos cotidianos. Pero éste es sólo el punto de partida, luego el trabajo va creciendo solo.
La reacción de la gente frente a su trabajo y su forma de ser debe de ser de todos los colores puesto que, generalmente, no suele estar acostumbrada ni a este tipo de joyería, ni a las "excentricidades" de quien crea...
Bueno, yo tampoco estoy acostumbrado a ver mis piezas en la gente. Espero que algún día esto cambie. La esperanza es lo último que se pierde.
Como creador: ¿se siente querido?
La verdad es que hasta el momento las obras que he vendido han sido a otros artistas, a gente de este "mundillo", la mayoría, piezas de joyería. Al resto de gente, les voy a "coger" tarde o temprano...
Sus expresiones a pie de calle, directas y sin tapujos, comienzan a popularizarse, ¿se siente incomprendido?
Quizá más que incomprendido, yo lo calificaría de que me ven distante, aunque intento acercarme a ellos con mi trabajo. Ése es mi objetivo primordial, hacer que tu expresión y tu mensaje llegue. Debe haber un nexo, un lenguaje entre quien construye y quien porta el objeto. Y si es necesario se hace unaperformanceen plena calle para hacerte oír.
¿Cree que el arte se ha prostituido?
Creo que hay mucha necesidad. No sé si ha prostituido o no. El que menos parte se lleva es el artista, es el que sale más malparado.
¿Algo, pues, que decirles a los galeristas?
Para los de Menorca no tengo más que elogios. En el caso de La Fábrica -donde trabajo-, son mi familia. En el resto del mundo el arte se ha transformado en un buen negocio para mucha gente, pero es algo que tampoco conozco en demasía.
¿Llegará el día en que los espectadores de Menorca se acostumbren a visitar La Fábrica como alternativa?
Esto está ocurriendo ya. Podemos discutir si ocurre en mayor o menos medida, pero lo interesante es que la gente de todas las edades viene buscando una propuesta diferente y lo bueno es que aquí la encuentran.
¿Usted es de los que trabajan de día o de noche?
Me vale cualquier hora, pero debido a mis estados emocionales puedo hacer una colección entera durante un solo día, o no trabajar durante meses. Hay días que siento que no valgo para nada y otros que me sorprendo a mí mismo en el proceso creativo por lo que trato de aprovecharlos al máximo porque sé que no son eternos. Tiene que ver mucho con las circunstancias personales de cada uno. Me influye mucho mi entorno, mi vida... como a todo el mundo.
A esto le llamo yo una pieza de autor en condiciones, más vívida imposible...
Cada pieza es un trozo de Mauri. Unas son más protestonas, otras más sensibleras, otras más estéticas...
¿Le queda mucho por decir?
En estos momentos, creativamente, estoy muy contenido. Aún me queda mucho por decir. ¡Que se preparen que llega Mauri!
Por su manera de pensar el arte: ¿no se le queda pequeña la Isla?
La verdad es que soy muy consciente de ello. Tengo miedo a encontrarme encerrado en la Isla y no hallar la fuerza que me ayude a salir fuera, y sé que tarde o temprano lo tendré que hacer. Mi trabajo fuera forma parte de mi madurez. En estos momentos estoy intentado presentar mi obra en Barcelona, pero para ello la ayuda de los medios de comunicación es muy importante. Tengo un montón de proyectos en mente, pero necesito que alguien me apoye y que apueste por mí. Vivo con lo justo, me levanto por la mañana y ya debo dinero. Estoy en Menorca esperando a mismédicis. No quiero que se me pase el arroz, ¿sabes?
¿Es el nuevo Leo Bassi?
Depende de cómo se mire. A veces me puedo pasar todo el día representando una obra en la calle y en otras ocasiones me gustaría meterme en lo más profundo de una cueva en una cala, y si me apuras, dentro de una "pared seca".
¿Qué imagen cree que tiene "la calle" de usted?
Seguramente la gente pensará que soy un salido. En una ocasión iba por la calle y a mi paso escuché a alguien que decía: "¡Hey!, mira ése es el loco de la otra vez...".
¿Y cómo le gustaría que le vieran?
Pues, todavía como más loco...