Por una visión más positiva de Occidente

Lluís Vergés
Maó
Todas las civilizaciones tienen una cara luminosa y una parte oscura. Occidente no escapa a este principio y a sus innegables conquistas en los terrenos de la democracia, la técnica, la cultura y los derechos humanos también ha incurrido en guerras de religión, colonialismo, comercio de esclavo, genocidios y otras atrocidades.
En este interesante ensayo a contracorriente, el filósofo y novelista francés Pascal Bruckner (París, 1948) lamenta que una parte de la opinión pública y de los intelectuales europeos hayan caído en el derrotismo que les hace poner el acento únicamente en los aspectos negativos de Occidente.
'La tiranía de la penitencia. Ensayo sobre el masoquismo occidental' revela las contradicciones de esta tendencia de acusarnos de todos los males del mundo y atribuir las desgracias de África, Oriente Próximo y de América Latina a un cóctel formado por Occidente, la globalización y el capitalismo. "Al negar a los pueblos de los trópicos o de ultramar toda responsabilidad en su situación -dice Bruckner-, se los devuelve a la situación de infantilismo que inspiró toda la colonización".
El filósofo francés vuelve a utilizar un argumento similar en su crítica al multiculturalismo. Así señala que "so capa de respetar las diferencias culturales o religiosas (credo básico del multiculturalismo), se encierra a los individuos en una definición étnica o racial, se los vuelve a meter en la trampa de las que se pretendía sacarlos". Esta dialéctica lleva que a menudo de la impresión que lo que se quiere es que los 'buenos salvajes' no salgan de su situación de atraso.
El libro no constituye únicamente una crítica a esta visión del mundo que nos conduce a entonar un estéril mea culpa perpetuo por los errores del pasado y los desmanes del imperialismo, la colonización, el esclavismo, las guerras, el fascismo y el comunismo. Bruckner habla de la necesidad de que la Unión Europea estreche los lazos transatlánticos a la vez que debe dotarse de un polo de poder militar capaz de paliar las insuficiencias estadounidenses cada vez más manifiestas. "Para ser creíble -recuerda el autor de "la tentación de la inocencia"- hay que ser temido. Para ser temido, hay que mostrarse capaz de infligir daños a un agresor potencial".
Tal como estamos hoy, pronostica el autor, si el día de mañana, Rusia pusiera su pesada pata sobre los países bálticos, invadiera Georgia o estableciese en Moldavia un régimen títere, Europa ocidental al unísono exclamaría "¡Sírvase!" y finalmente sólo reaccionaría Estados Unidos.
Aunque gran defensor de Estados Unidos, Bruckner se muestra crítico con su reacción tras lo ataques de Bin Laden y señala que "defender la civilización con las armas de la barbarie, es instalar la barbarie en el corazón mismo de la civilización".
Esta sucinta reseña deja en el tintero muchas de las interesantes y, a veces, polémicas ideas y argumentos que se exponen en "La tiranía de la penitencia". En cualquier caso creo que el pensamiento central del libro es que más que ser fieles a las páginas negras de nuestra historia debemos enorgullecernos del modo en que hemos sacado lecciones de ella y de nuestro logros. Apunta también que no vendría mal exportar también un poco de nuestra mala conciencia en Teherán, Riad, Moscú, Rangún La Habana. Pekín, Caracas o Jartum, por citar sólo algunos lugares.