De cómo Franco se 'vendió'

J.C.
Madrid
Paul Preston es un hispanista con un bibliografía relevante en número y en calidad, centrada sobre todo en el estudio de la guerra civil y el régimen franquista. Desde "Las tres Españas del 36" (1998) a "El triunfo de la democracia en España: 1969-1982" (1986) hay constantes aproximaciones a lo que ha sido nuestra historia más reciente. Pero tal vez lo más destacado de su producción son las investigaciones que ha dedicado a la figura del dictador, que tiene su culminación en una biografía monumental, "Franco. Caudillo de España" (2002), un trabajo de mérito que concentra años de trabajo para intentar desentrañar las claves de una personalidad compleja y polimórfica, que ha recibido muchos acercamientos, pero casi siempre desde la admiración o el rencor. Unos puntos de partida que resultan escasamente productivos cuando se trata de hacer historia y no apologías o libelos.
Ahora vuelve sobre la figura del militar que ostentó todos los poderes en España desde 1939 a 1975. Después de la obra anteriormente citada participó en un volumen, dentro de una colección titulada "Cara y cruz", porque contraponía dos visiones dispares sobre el mismo personaje, y a él le correspondió mostrar el rostro menos amable de aquel "caudillo". Ediciones B le propuso recuperar el texto que había preparado para esta ocasión, pero Preston pensó que sí, pero no: que podría ofrecer de nuevo datos y juicios de esa poliédrica personalidad, pero que era necesario introducir cambios sustanciales, porque su estudio no había cesado y siempre se descubren aspectos nuevos que merecen darse a conocer.
Entre las muchas aportaciones interesantes como se contienen en este volumen, querríamos destacar la tesis que le da título: la capacidad del "generalísimo" para forjarse una biografía a la medida de sus necesidades personales o políticas. El "afán de Franco por esquivar la definición revelaba un deseo de controlar su propia imagen", afirma Paul Preston: para que luego digan que era tonto y mediocre. No lo era en absoluto para proyectar la apariencia que precisaba en cada momento. ¿Llegaría a reírse de quienes se lo "tragaron" todo?