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Lluís Vergés
Maó
Gracias al Premio Nobel de Literatura que obtuvo en el año de gracia de 1996, muchos lectores de todo el mundo tuvimos la felicidad de conocer la poesía de la polaca Wislawa Szymborska. La lírica de esta mujer nacida en la ciudad de Bnin en 1923 se caracteriza por la ironía, la reflexión filosófica, el uso de un lenguaje limpio y sencillo y por tender puentes con el conocimiento científico.
En 1931, cuando contaba ocho años de edad, se trasladó con su familia a la ciudad de Cracovia, lugar al que siempre ha estado ligada. Como en muchos otros casos, la belleza de un lugar parece haber producido una influencia benéfica en la poesía de un autor. Algunos ejemplos de ello podrían ser Seifert con Praga, Lorca con Granada o Pons con Menorca
Hasta 1996, Szymborska fue una desconocida fuera de su país donde era y es muy popular entre los jóvenes. Aquel año, al ganar el premio expresó su sorpresa por recibir un galardón habiendo otros poetas mejores que ella. La Academia sueca la calificó como el "Mozart de la poesía por la riqueza de su inspiración y sobre todo por la leve gracia con que ordena las palabras", pero también "que hay algo de la furia de un Beethoven en su actividad creadora".
En España se han editado, entre otros libros suyos, "Poesía no completa" (FCE), una magnífica antología que reúne lo más destacado de su obra y los dos últimos poemarios de Szymborska: "Instante" y "Dos puntos", ambos en Ediciones Igitur.
Este último libro tiene sólo diecisiete poemas y se complementa con un prólogo de Ricardo Cano Gaviria, su editor en España quien destaca el puente que la escritora polaca tiende entre el mundo de la ciencia y el de la poesía. "En este sentido -escribe Cano Gaviria- resulta casi revelador que en el discurso de recepción del Nobel citara, no a los escritores polacos que la antecedieron, sino a su compatriota la investigadora científica María Sklodowska Curie, galardonada dos veces con él, a la que elogia por una razón poética que le es a ella misma sumamente cara: por haberse dicho no sé".
"En dos puntos", Szymborska revela su gusto por las paradojas. Uno de sus poemas termina diciendo "El día de mañana/ se anuncia soleado,/ si bien a los que siguen viviendo/ todavía les será de utilidad el paraguas".
Otros versos suyos titulados "Perspectiva" dicen así: "Se cruzaron como dos desconocidos,/ sin gestos ni palabras,/ ella de camino a la tienda/ el de camino hacia el coche./ Quizá entre la consternación,/ o el desconcierto,/ o la inadvertencia,/ de que por un breve instante/ se amaron para siempre./ No hay sin embargo garantía/ de que fueran ellos./ Quizá de lejos sí,/ pero de cerca en absoluto./ Los vi desde la ventana,/ y quien mira desde arriba/ se equivoca con mayor facilidad./ Ella desapareció tras una puerta de cristal,/ él subió al coche/ y arrancó rápidamente./ Así que no pasó nada/ ni siquiera si pasó./ Y yo sólo por un momento/ segura de lo que vi, /intento ahora en un poema casual/ convenceros a Vosotros Lectores,/ de que aquello fue triste".
Pero no nos equivoquemos, Szymborska no es la poetisa de la tristeza sino de la alegría y el buen humor.


Dos puntos
autora: Wisdlawa Szymborska
género: Poesía
editorial: Igitur
edición: Madrid, 2008
traducción: Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano
páginas: 79
precio: 10 euros