Confesiones de un hombre que "nunca pecó"

J.C.
Madrid
"He aquí el único retrato de hombre pintado exactamente del natural y en toda su verdad que existe y que probablemente existirá nunca". Así comienzan "Las confesiones" de Jean-Jacques Rousseau y así se muestra de soberbio y autosuficiente, porque durante años dedicó todos su esfuerzo a construir ante el público una imagen de sí mismo como ser superior, retrato contra el que debían estrellarse las admiraciones de los amigos y las burlas de los contrarios. Él estaba por encima de todos ellos y son los lectores a quienes inviste de jueces para que aprecien la bondad de su causa y fallen a su favor.
Pero, por debajo de ciertas (y continuas) excentricidades se sitúa la vocación de un escritor que dejó innumerables muestras de su capacidad como narrador y como pensador, hasta llegar a ser uno de los principales autores europeos del siglo XVIII. Fue redactor de la "Enciclopedia", con Voltaire, Diderot y D'Alembert (con los que se peleó después). Compuso las obras "Del contrato social" y "Emilio o De la educación", que tuvieron una inusitada repercusión en el continente en el siglo de las luces. "Las confesiones", que ya habían sido editadas en España en una espléndida edición de Mauro Armiño en 1997, nos llegan de nuevo, con el acompañamiento de una serie de elementos muy útiles para conocer de qué está hablando Rousseau y para entender el mensaje que desea transmitir el autor. No había por aquellos años textos que se situaran en el terreno de las confesiones (bien distinto a la autobiografía) y hay que remontarse a San Agustín para encontrar una dirección semejante a la hora de vaciar sus interioridades, referidas a poner el "yo" sobre los hechos de una existencia, que es realmente lo que importa. Lo que pasa es que el escritor francés parte del supuesto de que nadie tendrá la misma osadía que él, a la hora de desnudar su alma. Hay que reconocer que, aparte del antecedente citado, fue un innovador y su texto todavía ahora es capaz de llamar la atención a los lectores contemporáneos.