Más de 2.300 pozos de Menorca extraen agua sin que exista un control del caudal que gastan

De las 2.500 captaciones registradas en la Isla, solo se contabiliza el consumo de los 150 pozos destinados a uso urbano

En la última publicación de la Reserva de Biosfera de Menorca se advierte de que la Isla ha superado el punto de inflexión en cuanto a la gestión del agua, puesto que el consumo ya supera los recursos disponibles | Gemma Andreu

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En Menorca, hay aproximadamente 2.500 pozos inscritos en el registro de la Dirección General de Recursos Hídricos, pero solo se controlan los consumos de las 150 captaciones que se utilizan para el abastecimiento urbano. De esta manera, la Isla solo dispone de un registro del volumen de agua extraída del seis por ciento de los pozos, y se desconoce la cantidad que se extrae de los acuíferos para usos distintos al abastecimiento de los núcleos urbanos.

Así lo señala Agustí Rodríguez, geólogo y experto en hidrogeología, autor del último cuaderno de la Reserva de Biosfera, que, bajo el título «Los retos del agua en Menorca», ofrece una visión completa sobre la situación y la gestión del agua en la Isla.

«Los pozos que están controlados son los de abastecimiento urbano, que son los que extraen más agua, mientras que el resto son de particulares, que deben tener un contador, pero cuyo consumo, a pesar de ello, no queda registrado, por lo que debemos hacer estimaciones», señala Rodríguez, quien recuerda que, además, existe un número indeterminado de pozos que no están registrados. Todo ello pone de manifiesto la necesidad de incrementar los mecanismos de control para poder mejorar la gestión del agua, un recurso cada vez más escaso.

Falta de medios humanos

Según Rodríguez, el nulo control de los consumos en la mayor parte de los pozos de la Isla se debe a la falta de medios. «En Menorca, la Dirección General de Recursos Hídricos hace controles en los pozos urbanos, pero no hay capacidad de controlar el resto», lamenta. Por ello, subraya la necesidad de buscar mecanismos para obligar a los propietarios a que, como mínimo, hagan comunicaciones de    los consumos para que queden registradas.

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En esta línea, desde el Consell han anunciado la instalación de un millar de contadores inteligentes de agua para conseguir datos sobre el uso que se está dando a este bien escaso, y dar un salto en la detección de fugas, los consumos fraudulentos y los errores de contaje, automatizando procesos y permitiendo una respuesta más rápida. En este sentido, Rodríguez remarca que sería fundamental poner contadores de teledetección, sobre todo, a los grandes consumidores, como las explotaciones agrícolas.

Precisamente, en el último cuaderno de la Reserva de Biosfera de Menorca se destaca el desconocimiento sobre los volúmenes de riego que utiliza el sector agrario de la Isla, lo que dificulta la aplicación de medidas para mejorar la eficiencia. También se denuncia que todavía hay grandes explotaciones que riegan a pleno sol en verano, a pesar de que está prohibido por ley, con el consiguiente desperdicio del agua que se evapora.

Asimismo, en la publicación se asegura que con el paso del tiempo los contadores en los que se registra el agua se deterioran y, si no se sustituyen, contabilizan menos agua de la que realmente se consume. «La ausencia de este seguimiento esencial es una muestra de la dejadez general en la gestión», se remarca.

Riego de jardines

Otro de los problemas que se apunta en el cuaderno es el del riego de jardines, especialmente extensiones de césped, lo que se señala como la principal problemática asociada al consumo doméstico. Este hecho se manifiesta en el consumo nocturno de algunas urbanizaciones, que es superior al del mediodía, a lo largo de todo el año.