Imagen de la Epic Camí de Cavalls 360º, una de las ofertas de turismo activo en Menorca. | THE ADVENTURE BAKERY

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El mercado alemán es el idóneo para el objetivo de desestacionalizar la actividad turística. Así se refleja en el estudio que la Fundació Foment del Turisme de Menorca y la consultora Mabrian presentaron ayer durante la segunda jornada de la feria ITB de Berlín. Los resultados de este análisis, difundidos ayer por el ente promocional del Consell, muestran cómo los visitantes del país germano tienden a pasar sus vacaciones en la Isla «en los meses de abril, mayo, principios de junio, septiembre y octubre».

«Se alinean completamente con el objetivo de la Isla de avanzar en un turismo más sostenible que llegue de manera más equilibrada a Menorca durante todo el año», aseguraba ayer el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, quien entiende que analizando el perfil de los turistas germanos también se revela la «oportunidad de atraer segmentos específicos que se alineen con el turismo activo y las experiencias de naturaleza y al aire libre».

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El atractivo del mercado alemán para un destino como Menorca contrasta con el comportamiento que ha registrado en los últimos años, sobre todo tras la crisis turística generada por la pandemia. En el último año de normalidad turística, 2019, el balance de visitantes desde aeropuertos alemanes fue de 78.720 pasajeros. En 2024, cinco años después, ese registro de viajeros aterrizados en el Aeropuerto de Menorca en vuelos directo cayó hasta los 55.600.

Es una pérdida de casi un 30 por ciento de turistas que ha provocado que el mercado alemán pase a ocupar el quinto puesto en el ranking, superado por el francés, que el año pasado más que triplicó su presencia en la Isla con respecto al germano.

Preferencia por los hoteles

El estudio elaborado por Mabrian revela que el 60 por ciento de los turistas alemanes se alojan en hoteles y tienen una estancia media de más de seis días, mostrando un elevado índice de satisfacción en relación al alojamiento. El visitante alemán gasta ligeramente más que el turista medio en alojamiento, comercios y alimentos, mientras que desembolsa algo menos que la media en restaurantes.