Las cifras pueden ayudar a entender la magnitud del desafío que la Isla tiene entre manos. La normativa establece que en ese horizonte 2030 la cantidad de residuos que acaban en el vertedero no puede superar el diez por ciento de los valores registrados en 2010. En ese ejercicio de referencia, según la memoria del Consorci de Residus i Energia de Menorca, se enterraron en Milà algo más de 44.500 toneladas de basura. El objetivo para dentro de cinco años se establece así –son valores orientativos– en torno a las 4.500 toneladas. En estos momentos se está vertiendo un volumen de alrededor de 20.000 toneladas.
Queda patente con esos datos que Menorca ha realizados grandes avances en el objetivo de reducir la cantidad de basura que termina enterrada en las celdas de Milà. En ese sentido destaca la incidencia que ha tenido la inauguración en abril de 2022 de la nueva planta de tratamiento mecánico-biológico del Área de Gestión de Residuos, que permitió reducir en un solo año un 43,5 por ciento la cantidad de los residuos de gestión pública que terminan en el vertedero, pasando de 17.700 toneladas a 10.000. Pero esos avances se evidencian también del todo insuficientes para alcanzar los objetivos que se van introduciendo en las nuevas normativas, a un ritmo muy superior a la capacidad de reacción de las administraciones encargadas de la gestión de los residuos.
Hay que tener en cuenta que a esas 10.000 toneladas de residuos procedentes de los ciudadanos particulares y los servicios de limpieza de las administraciones locales, se deben sumar otras alrededor de 10.000 toneladas de residuos que se depositan anualmente en el vertedero insular procedentes de las plantas privadas de gestión autorizadas en la Isla, que vierten en Milà residuos voluminosos que no han podido revalorizar. A la luz de los datos queda claro que los nuevos límites que se imponen al vertido de residuos no dan ni para cubrir las necesidades de las plantas privadas. Tampoco para satisfacer los volúmenes de residuos no separados que gestionan los ayuntamientos.
¿Buscar alternativas?
El fin último de la normativa es fomentar incrementos sustanciales en los porcentajes de reciclaje y reducir la cantidad de basura a la que no se le puede dar una nueva vida. El problema es que empieza a hacerse evidente que ni tan siquiera implantando sistemas de recogida separada en hogares, industrias y comercios va a ser posible que se puedan alcanzar los objetivos. Para cumplir con la legislación y evitar cuantiosas multas, la Isla está abocada a abrir un debate sobre el modelo de gestión de los residuos que no logra recuperar.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la normativa europea, de la que se derivan la estatal y la balear, está imponiendo cada vez más restricciones al uso de los vertederos y también a sus ampliaciones, haciendo complicado pensar que la opción de enterrar la basura en Milà tenga mucho recorrido a largo plazo. En este contexto, y al margen de los esfuerzos imprescindibles para reducir al mínimo la cantidad de basura que se genera, asoman en el horizonte pocas alternativas para cumplir con las exigencias normativas.
Una de ellas sería optar por quitarse el problema de encima –por así decirlo– trasladando fuera de la Isla los residuos que no se pueden recuperar para que sean tratados en otros lugares, por ejemplo en la llamada planta de valorización energética de Son Reus (Mallorca), donde se incinera la basura– y reducir así de un plumazo las cantidades que se entierran en Milà. Otra opción es replantear el modelo de gestión insular de residuos y apostar por la construcción en Menorca de una planta propia de incineración.
Mallorca se niega a quemar en Son Reus la basura de Eivissa
31 comentarios
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Volen que nomes enterrem es 10% de lo que enterravem el 2010 amb el doble de població i turisme (que teniem el 2010) açò com es menja avam?
@miquel ferru Parece que una planta asi en Menorca podria ser la solucion !
En el fondo lo que buscaban los de Milá era tener la montaña más alta de Menorca. Querían tener una montaña más alta que el Toro de Mercadal. Y casi lo consiguen, pero ya se ha puesto por en medio la UE. Les quedaban pocos metros, pensaban que con la basura que generaban los cubitos lo iban a conseguir. Uyyyy Casi...
CiudadanaDemostrado está que todos son una panda de trepas , pocos se salvan pero los votais,
Marti PascualEncefalograma plano es que que tienen los politicos que habeis votado.Ya que no ven el futuro del mañana.
U.E =fum de formatjada.
Menork338Te estan diciendo que pese al puerta a puerta (no implantado en toda la isla) no llegamos al objetivo. Sin el puerta a puerta el objetivo sería completamente inalcanzable.
La excusa de la UE ya no sé la cree nadie, es curioso que en el resto del país no ocurre, muy curioso.
Si el 40% de los residuos urbanos es materia orgánica, con el 30% que, presuntamente, se recicla, con un contenedor de orgánico, se arregla y, si se incentiva, se llega al 100% de reciclaje en un año.
Pasen y veanAsí será!!!