Tras la desaceleración de la actividad en 2023, el año pasado la construcción recuperó el pulso tanto en vivienda unifamiliar como en pequeñas promociones de pisos. | Josep Bagur Gomila

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Los proyectos visados por los aparejadores de Menorca confirman la recuperación de la vivienda plurifamiliar pero no con grandes bloques sino mediante promociones pequeñas, con menos unidades, y también con expedientes de reforma y ampliación que no constan como obra nueva pero que generan, en una finca ya existente, un número limitado de pisos, entre cuatro o seis es una cifra habitual.

Según la estadística del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Menorca, en 2024 se encargaron 92 obras nuevas y 438 reformas. La nueva edificación es inferior a la registrada en 2023, cuando se contabilizaron 97 encargos, sin embargo, la superficie comprendida es mayor: 132.384 metros cuadrados frente a los 112.835 del año anterior.

También la inversión movilizada ha aumentado un 21,26 por ciento, casi 18 millones más en un ejercicio, pasando de 84.455.922 euros en 2023 a 102.414.898 euros en 2024.

Todo ello indica que cada proyecto visado presenta un mayor número de unidades de vivienda, como por ejemplo, la promoción que está a punto de comenzar sobre Cala Corb, en Es Castell, una obra que generará 28 pisos. Aunque esta incipiente tendencia a recuperar las promociones plurifamiliares no significa que se ponga en el mercado más vivienda asequible, ni tampoco se prevé que los precios, a corto o medio plazo, desciendan.

«Nada en el mercado hace pensar que eso vaya a suceder», asegura Miguel Ángel Sicilia, presidente del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación, «porque construir sigue siendo caro, hay poca mano de obra y el coste de los materiales es elevado». Además, aunque los precios sean caros «el mercado lo absorbe», los pisos se venden, incluso sobre plano, como en la promoción Cala Corb Residencial, algo que no sucedía desde hace años.

La vivienda unifamiliar sigue siendo la que tira de la actividad, aunque Sicilia remarca que no todo es obra nueva, «se sigue viendo mucho chalé antiguo que se reforma y se amplía». También fincas ya existentes que se unifican y se transforman, bien casas grandes urbanas de las que se pueden generar varios pisos o incluso bajos y cocheras sobre los que también se crean nuevas unidades residenciales. Además de la obra nueva y las reformas y ampliaciones, hay otro apartado dedicado a otro tipo de obras como pueden ser casetas, naves industriales o comerciales, o construcción de elementos como piscinas. El año pasado se visaron 37 de estos trabajos, un aumento del 27,5 por ciento respecto a 2023, con el municipio de Alaior como líder en este segmento con nueve expedientes visados.

Los proyectos que contabiliza el Colegio son encargos de obras que están en marcha o que están a punto de iniciarse, es decir, ya han pasado por el largo proceso burocrático de tramitación de las licencias municipales, y ofrecen una radiografía de la situación del sector de la construcción, que comienza 2025 con buenas perspectivas de trabajo.

La inversión durante 2024 está todavía por debajo del dato de 2022, año en el que se registró la cifra más alta en obra nueva desde 2017, con la construcción de chalés como motor del sector, pero se recupera. Aún así, se queda 20 millones por debajo de lo que se movió en 2019, en prepandemia.

Rústico

La estadística anual constata diez legalizaciones de construcciones en suelo rústico, la mayoría en Ciutadella, con seis, y Sant Lluís, con tres; una última obra de este tipo se registró en Es Mercadal, mientras que en el resto de municipios no se visó ningún proyecto de legalización. El presidente del Colegio de Aparejadores asegura que ha habido «poco impacto» en Menorca de las legalizaciones en rústico, después del decreto del Govern que permitía indultar las edificaciones fuera de ordenación en el campo. Casi todas las obras visadas son regularizaciones de expedientes del Consorcio insular para la Protección de la Legalidad Urbanística en Suelo Rústico.

Sicilia cree que falta confianza en el sector para recuperar los ‘esqueletos’ de crisis anteriores

El decreto ley 6 /2023 de medidas urgentes del Govern para paliar la emergencia habitacional permite transformar edificios inacabados y con la licencia caducada en viviendas a precio limitado, pero de momento no ha surtido ningún efecto en Menorca. Para el presidente del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación, Miguel Ángel Sicilia, el problema para que los llamados ‘esqueletos’ de anteriores crisis inmobiliarias se concluyan es que «falta confianza» por parte del sector. Este profesional considera que la medida es positiva pero las empresas privadas sienten «incertidumbre ante la Administración, no hay suficiente seguridad jurídica» y al mismo tiempo indica que, «si no se recuperan esos edificios inacabados es porque no salen los números». La posibilidad de que los ‘esqueletos’ repartidos por la Isla pudieran retomarse y generar vivienda a precio asequible se anunció en junio de 2024 y se creó una expectativa, ante la escasez de pisos, que no se ha visto cumplida. Los restos del estallido de la burbuja inmobiliaria aún están presentes, en forma de inmuebles paralizados, en municipios como Es Mercadal, Alaior y Es Castell.