«Los súper no tienen problema en poner producto en la cadena, pero en Menorca hay una dificultad añadida y es que las entidades no tienen capacidad logística, almacenes, cámaras, vehículos, para esas donaciones, no dan abasto», declara Carles Tarancón, el secretario general de la patronal de distribución Asodib, que integra a empresas como Lidl, Mercadona y Aldi.
«Debería ser complementada esa logística para dar una salida mejor estructurada a las donaciones, es un tema que se ha comentado con las administraciones como una problemática», asegura, y añade que «los supermercados hace mucho que están implicados contra el desperdicio, ponen producto e incluso ayudan con sus almacenes y vehículos».
Para dar salida a sus excedentes, las principales cadenas de distribución alimentaria mantienen acuerdos con ayuntamientos y también con entidades que todavía realizan el reparto en especie y ayudan a las personas que no reúnen las condiciones para acceder a una tarjeta monedero, destinada sólo a las familias con menores a su cargo e ingresos inferiores al 40 por ciento de la renta media estatal.
Las tarjetas surgieron para evitar las ‘colas del hambre’, es el sistema que ya implantó Cáritas en 2022 y que también puso en marcha el Gobierno en 2024, para aplicar el Fondo Social Europeo (FSE) +, el nuevo instrumento que sustituye al FEAD –por el que llegaban miles de toneladas de excedentes europeos a los bancos de alimentos–, para luchar contra la exclusión y la pobreza.
El Ministerio de Derechos Sociales convenió el reparto de esa ayuda a través de tarjetas con Cruz Roja y los bancos de alimentos dentro de la federación española –en Menorca no hay ninguno–, y a partir de este mes las comunidades autónomas deben asumir la gestión, un traspaso que está en proceso.
Excluidos de la ayuda oficial
Esa ayuda del FSE+ tiene fisuras, está dirigida a familias vulnerables con menores a su cargo, y hay personas en situación de necesidad que no reúnen las condiciones. Es ahí donde entra en juego la labor del voluntariado social ligado a colectivos religiosos: la Iglesia Evangélica de Menorca, la Iglesia Pentecostal, órdenes católicas como las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, y prácticamente todas las parroquias de la Diócesis de Menorca. Estas últimas lo hacen por su cuenta, no como parte de la acción de Cáritas, que ya solo utiliza las tarjetas, salvo en el caso de los alimentos que recibe –donados por los supermercados Mercadona y Aldi–, que destina a su escuela de restauración Ca n’Aguedet, uno de sus proyectos de integración sociolaboral de personas en riesgo de exclusión.
Hacia la tarjeta monedero
Los ayuntamientos, que asimismo tienen acuerdos con cadenas de distribución alimentaria, también realizan ese tránsito hacia el modelo de tarjeta monedero, de hecho valoran cómo redefinir los convenios que mantienen con algunas empresas que hasta ahora donaban tanto alimentos como productos de primera necesidad e higiene.
Sus servicios sociales son siempre los que evalúan y dirigen a los distintos usuarios a las entidades como Cruz Roja y Cáritas, pero no controlan las entregas en parroquias o comunidades religiosas.
El apunte
El Govern ha distribuido en la Isla 94 tarjetas para comprar comida
La Iglesia Evangélica reparte alimentos a 30 familias en su centro cívico de Maó
13 comentarios
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Lo único que importa son las personas. Sean cristianos, musulmanes, budistas, judíos o ateos. Háganme caso y procuren ser mejores personas cada día porque todos vamos a morir. Intenten dejar un mundo mejor.
FloraTienes razón, el turismo solamente nos da de comer pero desde después de la Guerra Civil todo el mundo ya aspira a mucho más que, simplemente, malvivir. ¿Qué parte no entiendes?
Hasta aquíEl turismo nos da de Comer que parte no entiendes?
... esto es un movimiento preparatorio muy estudiado... una nueva ley que obliga a repartir excedentes para no desperdiciar comida, y una falsa ONG que es la iglesia, que durante décadas ha estado gorreando subvenciones, ahora ve la oportunidad de consolidar su modelo de negocio... para ello, se queja de que le falta logística, un primer paso para reclamar aún más fondos públicos para montar la caridad institucionalizada bajo su paraguas... tachánnn
Desde que somos socialistas pasan penurias familias de menorca y encima nos llegan de otros países que todo lo quieren gratis
Que raro que pase esto. En Menorca siempre que se pone en marcha alguna iniciativa se hace con todos los medios necesarios para que funcione adecuadamente desde el primer dia, no?
Mi madre siempre me ha dicho que un plato de comida nunca me faltara en su mesa, pero de dinero, ni un euro. Si no te gusta la comida, trabajas y te compras lo que quieras
Nunca antes pasaban estas cosas en Menorca. Esto quiere decir claramente que Menorca no va bien.
En Menorca solamente importa el turismo. Todo lo demás le da igual.
Estaría bien que ningún político ni institución pública montara fiestas con desperdicios de comida con los impuestos del ciudadano trabajador. Cada uno que se gaste CON SU PATRIMONIO, sus comilonas y excesos.