La retirada del amianto debe realizarse con equipos especiales. En Menorca, Antonio y Diego es una de las empresas que están autorizadas a realizar esta tarea, para la cual cuenta con una unidad de descontaminación | Antonio y Diego

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Aunque en España su uso fue prohibido en 2002, el amianto sigue formando parte del paisaje de los pueblos y ciudades de Menorca, y no es extraño verlo en tejados, cubiertas, tuberías y depósitos de agua, especialmente en edificios construidos antes de su prohibición.

Conocido popularmente como uralita, el amianto es un material que se usó de manera masiva en todo tipo de construcciones, especialmente entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado, pero que puede llegar a representar un riesgo para la salud, especialmente cuando se rompe y sus fibras son inhaladas. Su exposición durante periodos prolongados se ha relacionado con enfermedades respiratorias graves, como el cáncer de pulmón.

Incumplimiento de la ley

Por esta razón, las administraciones ya hace años que tratan de hacer frente a esta problemática, aunque no siempre dispongan de los recursos necesarios, y la Unión Europea trabaja para que en 2032 el amianto haya sido eliminado totalmente del continente.

En España, la Ley de Residuos y Suelos Contaminantes para una Economía Circular, que entró en vigor en abril de 2022, obligaba a los ayuntamientos a elaborar un censo con todas las instalaciones del municipio que todavía tienen placas de fibrocemento, y a pesar de que el plazo era de un año, a día de hoy muy pocos lo han cumplido. En Menorca, no hay ningún municipio que haya completado el inventario.

«Tenemos localizados unos cuantos sitios con amianto, pero con los recursos que tenemos en el departamento de Urbanismo nos resulta complicado elaborar un listado completo», señala Pedro Pons, alcalde de Ferreries.     

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Por ello, y ante la inacción de los consistorios, esta semana la Conselleria de Empresa, Ocupación y Energía del Govern ha sacado a concurso la elaboración de un censo único para el conjunto de la Comunidad Autónoma, con el objetivo de poder disponer lo antes posible de una radiografía de la situación actual. El encargo se licitará con un presupuesto de 239.580 euros y un plazo de ejecución de seis meses, y deberá contener toda la información sobre edificaciones, tanto de titularidad pública como privada, que contengan este material peligroso.

El objetivo del Govern es agilizar el proceso de retirada mediante el uso de la inteligencia artificial, y establecer un calendario para la retirada del amianto en todas las islas antes de 2028.

Mucho por hacer

Uno de los pocos municipios de Balears que ha completado el censo es Eivissa, que detectó 400 cubiertas de fibrocemento en un total de 3.072 edificios inspeccionados, es decir, en un 13 por ciento del total construido.

Desde las empresas de construcción de Menorca corroboran la magnitud del problema, y aseguran que todavía queda mucho trabajo por hacer. En este sentido,  Marcelino Pons, propietario de la empresa de construcción Antonio y Diego, explica que el año pasado ellos retiraron 32 toneladas de este material.

En Menorca el amianto debe ser enviado a la planta de residuos de Milà, donde se entierra en el vertedero. En 2023 se gestionaron un total de 77 toneladas de este material.

Las claves
  1. Ley de residuos

    La Ley estatal de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, publicada en 2022, establece la obligación para los ayuntamientos de elaborar un censo de edificaciones con amianto, junto a un calendario de retirada, pero ningún municipio de Menorca lo ha cumplido todavía.

  2. Censo del Govern

    Ante la inacción de los ayuntamientos de Balears, el Govern ha sacado a licitación la elaboración de un censo único para toda la Comunidad Autónoma, con el objetivo de completar la retirada del amianto antes del 2028.