El pleno que se celebró este jueves en el Ayuntamiento de Maó debía servir para aprobar los presupuestos para el 2025, pero la sesión finalizó sin acuerdo. Ara Maó y PSOE se emplazaron a seguir negociando | Gemma Andreu

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El alcalde de Maó, Héctor Pons, sufrió este jueves las consecuencias de gobernar en solitario, y no pudo aprobar su proyecto de presupuestos para el 2025, aunque las cuentas no se llegaron a votar y quedaron encima de la mesa, tal y como propuso Ara Maó, que pidió al equipo de gobierno la suspensión de la votación para continuar negociando.

Desde Ara Maó volvieron a reprochar al PSOE la falta de transparencia y el incumplimiento de sus compromisos, y se mostraron especialmente molestos por la manera en que el equipo de gobierno ha gestionado la crisis del agua.

Entre otras cosas, desde la agrupación de electores lamentaron la falta de un proyecto para la Sala Augusta, después de que Pons aceptara ubicar el nuevo Conservatorio en la zona de Dalt es Cós, así como la ausencia de avances en el proyecto para dar un nuevo uso a la antigua nave de la SEAT. También criticaron el retraso en la modificación del Plan General para adaptarlo a la Ley de Reserva de Biosfera y el nuevo PTI, entre otras cuestiones.

A pesar de todo ello, el portavoz de la agrupación de electores, Jordi Tutzó, señaló que su voluntad no era dejar a la ciudad sin presupuestos, puesto que ello afectaría al propio Ayuntamiento y a los ciudadanos. «Una institución sin presupuesto y sin proyecto de futuro, pierde definitivamente su credibilidad y la confianza entre la ciudadanía, y esto Ara Maó no lo quiere para su pueblo», remarcó. «Dejar la ciudad sin presupuesto es una línea roja que nosotros no queremos cruzar», añadió.

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El guante lanzado por Tutzó lo recogió Héctor Pons al final del debate, recordando que su prioridad siempre ha sido pactar las cuentas con la agrupación de electores. «Valoramos positivamente la propuesta de Ara Maó, porque durante ocho años hicimos un buen trabajo juntos, y compartimos un modelo de ciudad», enfatizó. De esta manera, los antiguos socios de gobierno se emplazaron a seguir negociando hasta encontrar un punto de acuerdo.

Voto en contra del PP

Desde el PP, Maria Isabel Llufriu empezó su intervención criticando la parálisis del equipo de gobierno, y puso como ejemplo la falta de actuaciones en el parque de Es Freginal, en el barrio de Tanques del Carme, en el puerto o en la nave de la SEAT.

Llufriu también destacó las aportaciones procedentes de otras administraciones y subrayó que hasta un total de 11 millones del presupuesto procedían del Govern y del Consell, gobernados por el PP. «Unas inversiones que si el PP de Maó hubiera ido a pedir a un gobierno de izquierdas, le hubieran cerrado la puerta», aseguró Llufriu, quien acusó al equipo de gobierno de falta de gestión.   

Desde el PP dijeron estar especialmente preocupados por la partida de 100.000 euros destinada a la reparación de la desnitrificadora, que consideran insuficiente. «Solo con esta partida ya es suficiente para decirles que este presupuesto es muy poco serio», remarcaron los populares. Por todo ello, desde el PP anunciaron su voto negativo a las cuentas por considerar que no responden a las necesidades de la ciudad. «La realidad es que son unos presupuestos que, un año más, no responden a las necesidades reales de Maó, que llegan tarde y que no son participativos, y que no tienen garantías de ser ejecutados de manera eficiente», aseguró Llufriu.

Por su parte, Xisco Cardona criticó la manera de negociar de los socialistas, y lamentó que no se hubieran escuchado sus propuestas. «Un gobierno en minoría que quiere imponer las cosas no va bien», concluyó.

El apunte

Piscina y atletismo, las partidas que quedan en al aire

La suspensión de la votación del proyecto de presupuestos que el equipo de gobierno de Maó presentó la semana pasada, podría dejar en el aire algunas de las inversiones previstas para el año que viene, si finalmente no se llega a un acuerdo y se tienen que prorrogar las cuentas del 2024. De todos modos, esto no debería ser un gran inconveniente, puesto que, sin ir más lejos, el Consell de Menorca ha estado funcionando todo este año con un presupuesto prorrogado y a base modificaciones de crédito. Además, como señalaba el mismo Héctor Pons esta semana, la mayor parte de las inversiones previstas procede de otras administraciones, por lo que se mantendrían.

Una de las inversiones que el equipo de gobierno espera finalizar en 2025  y que podrían peligrar es la de la nueva piscina municipal, que cuenta con una partida de 570.800 euros. Lo mismo ocurriría con la reforma de la pista de atletismo, que cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros, que se financiarán mediante un convenio con el Consell.

También quedaría en el aire la partida que el equipo de gobierno había previsto para reparar la desnitrificadora del depósito de Malbúger, cuyo mal funcionamiento ha originado una importante crisis que le ha costado el cargo a la concejal de Urbanismo, Dolores Antonio.

Asimismo, podría peligrar el proyecto de renovación del skatepark, así como las inversiones de mejora de los equipamientos deportivos, o el incremento de la aportación a los bomberos.

Otras partidas, como las subvenciones nominativas a las entidades del municipio, no sufren grandes cambios respecto al 2024, por lo que la prórroga del presupuesto no representaría ningún contratiempo.  Tampoco se deberían ver afectados por la falta de presupuesto los proyectos de reforma de hasta seis calles o la limpieza del acantilado, actuaciones que cuentan con fondos de la ecotasa.