Imagen virtual de la promoción Cala Corb Residencial, que se empezará a construir de forma inminente. | PR0VALIX-BONNIN SANSO

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La escalada de precios que se viene registrando en el mercado inmobiliario insular y el aumento de compradores dispuestos a pagarlos –dos caras de la misma moneda– ha reavivado el interés de los promotores privados en la construcción de bloques de pisos. Tras años de parálisis en este modelo constructivo, regresa la inversión en edificios plurifamiliares, aunque enfocada a un perfil de alto poder adquisitivo y con los interesados en adquirir segundas residencias en zonas urbanas con vistas privilegiadas como principal motor para hacer funcionar un negocio que vuelve a ser rentable.

El ejemplo más inminente –está previsto que las obras arranquen entre diciembre y enero– es Cala Corb Residencial, una promoción de la empresa catalana Provalix que tendrá 28 viviendas de entre una y tres habitaciones a primera línea de la cala portuaria de Es Castell, entre las calles Santa Bàrbara y Sant Cristòfol. La alta demanda por este tipo de inmueble, con precios que van desde los 220.000 euros por un espacio de 45 metros cuadrados hasta los 445.000 por 86 metros cuadrados con tres habitaciones, se demuestra en un ritmo de venta sobre plano que no se veía desde hace años y que ha sido imprescindible para que el proyecto salga adelante.

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Imagen del solar donde se construirá la promoción Cala Corb Residencial. | Gemma Andreu

José Pons, CEO de Bonnin Sanso, la comercializadora en exclusiva de la nueva promoción, explica que, sin que se haya empezado a construir, ya se han vendido cerca de la mitad de los inmuebles, en concreto doce: «Lo están comprando más o menos a partes iguales menorquines para ellos y para inversión, catalanes, madrileños e ingleses», con un perfil mayoritario de segundas residencias. Con piscina comunitaria y aparcamiento, los promotores tienen prevista la entrega de llaves de esta promoción en el tercer trimestre del año 2026.

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Plurifamiliares

La inversión en viviendas plurifamiliares «vuelve a ser viable en la Isla, salen los números», explica el renombrado arquitecto menorquín Nando Pons (Aru Arquitectura) gracias al incremento de la demanda de compradores con un nivel adquisitivo alto. «La vivienda en Menorca estaba en torno a los 3.000 euros el metro cuadrado y no se vendía y ahora hay proyectos en marcha por 4.000 y 4.500 euros el metro cuadrado que se han vendido, esto supone un cambio, hacía muchos años que no se vendía de esta forma sobre plano».

«Es cierto que la mayoría de los que pueden pagar esos precios son de fuera, pero también hay menorquines que lo están haciendo», básicamente gracias a la venta de patrimonio heredado que les da capacidad de reinvertir. «Algunos de estos menorquines podrán comprar promociones que antes no se construían, algo es algo» explica Nando Pons, quien augura que «veremos más promociones en los próximos años. En ese sentido, José Pons subraya que el precio del suelo edificable se ha    mantenido estable, otro factor que ayuda a que promotores privados vuelvan a hacer cálculos de rentabilidad en la Isla.

Es el caso de del estudio vasco Designhouses, que está impulsando un promoción –todavía en fase de anteproyecto– para levantar 70 apartamentos exclusivos en Sa Sínia des Muret, a caballo entre Maó y Es Castell. Por el momento pulsa el mercado floreciente del lujo en la Isla antes de avanzar en la obtención de licencias. Recurren a la futura zona de servicios portuarios que se proyecta en Cala Figura como uno de los reclamos para atraer a los potenciales compradores.

Desde Bonnin Sanso explican que este tipo de promociones privadas necesitan garantías de venta, que se firmen suficientes reservas sobre plano. Su director general subraya que el buen ritmo de venta de ambiciosas promociones de chalés de lujo –la tipología que ha prácticamente monopolizado el sector de la construcción en la última década–, como las 50 unidades de Neinor en Son Parc, han tenido un «efecto llamada» entre otras promotoras que detectan una creciente demanda por la Isla.

El apunte

Construir para alquilar: un modelo que las altas rentas puede hacer viable

El arquitecto Nando Pons apunta aun modelo de promoción inmobiliaria que podría tener salida en los próximos años en la Isla, el llamado build to rent (construir para alquilar). La escalada de los arrendamientos (lo que antes costaba 400 o 500 al mes ahora está por 800, 900 o más) puede hacer rentable esta modalidad con recorrido en la Península. La idea sería destinar todo el edificio al alquiler con sistemas de control de la okupación que den tranquilidad a los inversores sobre el cobro de las rentas.