Las macroalgas tienen potencial nutritivo.

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El puerto de Maó también tiene un gran potencial para el desarrollo del cultivo de macroalgas, uno de los campos de la acuicultura regenerativa que está emergiendo con más fuerza como una opción alternativa y de futuro para hacer frente a los desafíos del cambio climático, puesto que además de su potencial económico presenta importantes beneficios ambientales, como su capacidad para combatir la contaminación, especialmente en los puertos.

Así lo explicó Alejandro Simón, técnico superior en acuicultura y cofundador de la empresa Mediterranean Algae, que se dedica al desarrollo de tecnologías para la producción sostenible de algas, en la jornada que organizó el GOB el pasado fin de semana.

«El puerto de Maó es una zona muy interesante porque está muy bien protegida de los temporales, y antes ya se desarrollaba una acuicultura potente de bivalvos», señala Simón. Por ello, el director de tecnología de la empresa con sede en Alicante considera que la rada mahonesa es un espacio idóneo para explorar este tipo de cultivos.

«Creemos que lo que se podría plantear en Maó es retomar a esa acuicultura que ya existía, pero combinada con ciertos cultivos de especias de macroalgas, para que sea una actividad sostenible y sin impacto», sugiere.

Simón explica que las macroalgas son algas de hojas grandes, que son más fáciles de cosechar y tienen múltiples usos en la cocina y la alimentación. Además, tienen una gran demanda en campos como la cosmética o los productos farmacológicos. Otra de sus ventajas es su rápido crecimiento, puesto que las tasas de cultivo permiten duplicar la biomasa en dos semanas.