La retirada de los contenedores tradicionales acumula un considerable retraso y todavía no se ha anunciado una fecha. Se están analizando alternativas al ‘puerta a puerta’ en las zonas más pobladas.    | Gemma Andreu

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El Consorci de Residus i Energia de Menorca da por hecho que la recogida de basura puerta a puerta no va a llegar a todos los vecinos de Maó. El cronograma anunciado hace un año para la implantación del nuevo sistema se ha ido cumpliendo hasta topar con las zonas de mayor densidad de población de la ciudad, para las que se está ultimando el análisis de alternativas al procedimiento que ya se ha impuesto en el resto del término municipal, la extracción de los residuos separados con cubos en función de un calendario y horario de recogida establecidos.

La previsión era que el 15 de noviembre, en apenas tres semanas, el ‘puerta a puerta’ ya se habría establecido en todo el término municipal, pero lo cierto es que la mayor parte del núcleo urbano continúa tirando la basura sin control en los clásicos contenedores. Por el momento no hay fecha ni información pública sobre qué solución se va a adoptar en Avinguda Menorca, Andrea Doria, Plaça Eivissa, Ses Vinyes, Dalt Sant Joan, Molí des Pla, Fort de l’Eau, Sínia Morera y Sínia de Costabella, las nueve zonas pendientes.

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Antes de que se empezara a implantar el nuevo sistema de recogida, que está teniendo un gran efecto en el aumento de la separación donde ya funciona, desde el Consell y el Ayuntamiento de Maó ya mostraban serias dudas sobre los resultados que iba a tener esta auténtica revolución en calles donde se concentran grandes bloques de pisos con multitud de vecinos. Finalmente se ha visto que en algunos puntos no es viable el ‘puerta a puerta’, pero también preocupa el cumplimiento de los objetivos de separación, que no son un capricho, sino una imposición de la Unión Europea.

Es por ello que se descarta una marcha atrás completa, dejando el viejo modelo de contenedores en la calle, con el que apenas se supera el 20 por ciento de separación, cuando el objetivo mínimo para 2025 es del 50 por ciento. Se está analizando la situación exhaustivamente, calle por calle, porque dentro de las zonas pendientes «hay casuísticas muy distintas», como explica el director insular de Medio Ambiente, Mateu Aínsa, que aclara que las decisiones se deben tomar conjuntamente entre el Consell y el Ayuntamiento, dentro del consorcio del que ambos forman parte. Las reuniones se han intensificado en las últimas semanas y se espera que en un plazo de dos o tres se puedan anunciar soluciones

Entre las opciones que se plantean para las zonas más pobladas, básicamente los puntos donde se acumulan grandes bloques plurifamiliares, está la de recurrir a las llamadas áreas de aportación, recintos cerrados de contenedores que inicialmente solo se habían pensado para las viviendas dispersas en suelo rústico. Si se adopta esta solución, habrá que ver de qué forma    se realizará el control del cumplimiento de las exigencias de separación y de las actitudes incívicas.