Pepa Gil con Alfredo Benosa el pasado 18 de junio | Katerina Pu

TW
4

Pepa Gil dimitió el 20 de septiembre como miembro de la Sindicatura de Greuges. Este viernes explica en una carta en la sección de Opinión los motivos que la impulsaron a hacerlo: «las falsas acusaciones del conseller Joan Pons Torres» un día después de que ella y el síndico Alfredo Benosa lamentaran, en declaraciones a este diario, «el bajo nivel de colaboración y de respuesta de las administraciones insulares a la tarea llevada a cabo por la Sindicatura».

La exsíndica considera «falsedades» las críticas que realizó el conseller Joan Pons Torres, portavoz del PP en el Consell, cuando calificó las declaraciones de los síndicos «desviadas políticamente», afirmó que no actuaban «con independencia política» y que «el trato de la Sindicatura es distinto ahora que gobierna el PP». Pepa Gil recuerda que en la queja de los síndicos aseguraron que el Ayuntamiento que más incumplía era el de Maó, gobernado por el PSOE, y el que más respondía era el de Ciutadella, entonces con el PP en el equipo de gobierno. Gil lamenta que el presidente Adolfo Vilafranca «se negara a desautorizar las declaraciones de su portavoz».

Noticias relacionadas

Otro elemento que justifica su renuncia es que el PP, con Vox, en el pleno del 15 de julio, votó en contra de una propuesta de la oposición de apoyo a la Sindicatura. Pepa Gil le pide al presidente del Consell que «rectifique». Dice en la carta; «En política no todo vale y menos cuando se ataca una institución reconocida por su buen hacer, su total independencia, imparcialidad y objetividad». Concluye que «rectificar quizás no le dé votos, pero evitará que usted figure como el presidente que atacó injustamente la Sindicatura de todos los menorquines».

Pepa Gil ha trabajado como síndica durante tres años y medio, un puesto no remunerado y que está formado por tres miembros elegidos por el pleno del Consell a propuesta de los diferentes partidos. La Sindicatura se creó hace ocho años y solo en 2023 tramitó 86 expedientes, una cifra que Pepa Gil interpreta como una muestra de la confianza que la Sindicatura se ha ganado entre los ciudadanos.