El edificio, en la plaza Joan de Borbó, cuenta con 500 metros construidos y un solar adyacente | Josep Bagur Gomila

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El futuro de la casa-palacete que el inversor Juan Ignacio Balada Llabrés construyó en la plaza Juan de Borbón de Ciutadella se desbloqueará y decidirá el próximo año, cuando la infanta Sofía cumpla la mayoría de edad.

Así lo explicó Felipe VI en el transcurso de la conversación que mantuvo con MENORCA «Es Diari» en la recepción que ofreció en la noche del lunes en los jardines del Palacio de Marivent.

Este emblemático edificio, con una superficie construida de 500 metros cuadrados y un solar adyacente, fue adjudicado a los ocho nietos de los reyes eméritos don Juan Carlos y doña Sofía cuando se formalizó el reparto de los bienes de la ‘herencia Balada’.    El empresario legó su patrimonio en un cincuenta por cien a la los entonces Príncipes de Asturias que, tras muchas dudas y consultas, la aceptaron y donaron para constituir la Fundación Hesperia.

El otro cincuenta por cien correspondió a los ocho nietos: Froilán y Victoria Federica Marichalar, hijos de Jaime de Marichalar y la infanta Elena de Borbón; Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín, hijos de Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina de Borbón; y Leonor, princesa de Asturias, y la infanta Sofía, hijas de los reyes de España.

El editor de «Es Diari», Josep Pons Fraga, conversa con Felipe VI en Marivent, durante la recepción del lunes. Comentaron el destino y los usos de la ‘herencia Balada’ que están hoy sobre la mesa y suscitan el interés del rey

Esperar la mayoría de edad

Queda ahora, por resolver, el destino del 25 por cien de este legado que recayó en manos de los ocho nietos. La solución se adoptará cuando todos alcancen la mayoría de edad.

Esto ocurrirá en abril de 2025, cuando la infanta Sofía, la benjamina de los ocho primos, cumpla los 18 años. «Hay que esperar al próximo año», explicó el jefe del Estado a este rotativo cuando le inquirimos sobre la situación actual y el futuro del palacete de Juan Ignacio Balada.

Señaló que, a través de la Fundación Hesperia, se llevan a cabo labores de mantenimiento del edificio para evitar su deterioro. La mansión de puso a la venta por 1,5 millones de euros, lo que constituye un precio por debajo de los valores inmobiliarios de mercado, pero en noviembre de 2019 se retiró, junto con el resto de propiedades que integran el patrimonio creado por Balada.

Cesión a la Fundación Hesperia

Todo apunta a que la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, y su hermana, la infanta Sofía, seguirán la misma pauta que ya aplicaron sus padres.

O sea, ceder las dos partes que les corresponden del actual proindiviso de la vivienda a la Fundación Hesperia. Y aunque se desconoce la decisión de los otros seis nietos -los Marichalar y los Urdangarín-, Felipe VI    expresó su deseo y mostró su convencimiento de que el edificio en su conjunto pasará a ser propiedad y gestionado, por tanto, por la Fundación Hesperia, que decidirá sus usos y actividades.

En cualquier caso, el rey se mostró prudente y señaló que  es preciso cumplir las disposiciones que marcan las leyes en vigor relativas a las propiedades en manos de menores. Los ocho nietos de los reyes eméritos son los titulares del palacete Balada y mientras no hayan cumplido los 18 años, cualquier decisión exige el consentimiento de sus padres o tutores y también una autorización judicial. De ahí que habrá que esperar al próximo año.

Farmacia Llabrés   

Durante la distendida conversación con «Es Diari» Felipe VI puso de manifiesto el conocimiento de la situación de la ‘herencia Balada’. Destacó que hubiera concluido la rehabilitación y recuperación de la Farmacia Llabrés, situada en Ses Voltes de Ciutadella, y que pudiera ser visitada.

El rey también indicó que la ejecución de la ‘herencia Balada' había sido muy compleja, al exigir la resolución de numerosas cuestiones legales y administrativas.

El Ayuntamiento pidió el edificio en 2021 para destinarlo a servicios sociales

En junio de 2021, doce años después del fallecimiento de José Ignacio Balada, el pleno del Ayuntamiento de Ciutadella solicitó a la Casa Real la cesión del edificio residencial construido por el inversor en la plaza Don Juan de Borbón. La petición municipal consistía en utilizar esta inmueble para ampliar los servicios sociales en el municipio. De haber prosperado esta solicitud, tanto la planta baja como el patio interior habrían sido adecuados para acoger un centro de día para personas mayores.

Otra opción que se planteó consistió en abrir una vivienda tutelada. La Casa Real contestó que la titularidad de esta casa corresponde a  los ocho nietos de los Reyes eméritos y que ellos deben decidir.

El apunte

No se han aumentado los alquileres en los ‘pisos d’en Balada’

La Casa Real, a través de la Fundación Hesperia, no ha aumentado los alquileres a los inquilinos que habitan en los pisos de esta entidad situados en la calle Jerònia Alzina de Ciutadella.

Felipe VI, en el transcurso de la conversación que mantuvo con «Es Diari», explicó que se había valorado la situación de precariedad de varios de los residentes en estas viviendas. También se había tenido en cuenta la larga demora acumulada para ejecutar las obras de consolidación y adecuación de este edificio, que fue promovido y construido por Juan Ignacio Balada Llabrés.

Boínders apuntalados

En febrero de 2022, y ante la amenaza de graves daños estructurales, con riesgo incluso de derrumbe, fueron apuntalados los boínders. El andamio colocado    en la fachada del edificio, que entorpecía el paso sobre la acera, permaneció instalado durante más de dos años. Empezó un largo proceso, a la espera de obtener las licencias municipales. A finales de agosto de 2022 los balcones fueron derribados, pero desde entonces y hasta que se llevó a cabo la reforma, los comedores estaban cerrados con pladur, pero sin sellar, lo que suponía un frío invierno y muchas incomodidades en estos domicilios.

Las deficiencias detectadas únicamente afectaban a los boínders. Según los informes de los arquitectos, la estructura del resto del edificio se encontraba en buen estado. Las obras se fueron retrasando, lo que provocó numerosas quejas. Finalmente, tras anunciar en febrero de este año que se iban a reanudar, en abril se dieron por concluidas.