Varias autocaravanas, estacionadas junto al resto de vehículos en el parking durante la puesta de sol.

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Si acceder a la vía que conduce hasta el faro ya es bastante difícil de por sí, encontrar plaza de estacionamiento en uno de los cuatro aparcamientos disponibles se convierte en una ardua tarea. «Los vigilantes, en horario de 18.30 a 21.30 horas, controlan el aforo del aparcamiento del faro. Si desde el parking del faro salen cuatro vehículos, pues entrarán cuatro más», apunta el alcalde de Es Mercadal sobre un aparcamiento que cuenta con cerca de 40 plazas.

En el trayecto desde el parking de la playa hasta el del faro se hallan dos aparcamientos más: el de Cala Viola y el de Sanitja. Ambos son de titularidad privada y no están regulados como los otros dos. «No puedes contar con ellos porque siempre están llenos», señala Palliser.

Un problema recurrente

Al mismo tiempo, la proliferación de autocaravanas en dichos parkings se mantiene como en años anteriores, tal y como se puede apreciar en la imagen que acompaña a este texto. De hecho, algunos lectores han hecho llegar sus quejas a este diario a causa de la supuesta pernoctación de dichos vehículos en la zona sin que intervengan las fuerzas de seguridad.

«El Seprona actúa, pero una caravana, mientras no acampe, es como cualquier otro vehículo», recuerda el primer edil. «Pueden estacionar en cualquier zona habilitada para ello. Otra cosa es que aparquen encima de las rocas, que no están habilitadas», subraya. A su vez, Palliser apunta a que sí son ciertas y fundamentadas las quejas de los lectores, las caravanas estarían realizando una práctica ilegal «apropiándose de un espacio».