Misericordia Sugrañes, presidenta

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La presidenta insular del Partido Popular, Misericordia Sugrañes, se trasladó este miércoles a Ciutadella para hacer piña con la alcaldesa Juana Mari Pons y su equipo y aprovechó para censurar a la izquierda que haya puesto en marcha «sin motivo» la maquinaria para apearles del gobierno municipal.

«Es la moción de censura de la vergüenza», reprochó y alertó del desencanto que este tipo de iniciativas pueden provocar entre la ciudadanía. «No me extraña que con casos así cada vez haya más abstención», lamentó.

Sugrañes insistió en que «toda moción de censura, por anunciada que esté, tiene unos requisitos, y uno de los principales es que se presente contra un gobierno paralizado, con problemas o diferencias internas. Todo lo contrario que el gobierno de Juana Mari Pons, que ha estado activo en todo momento y ha solucionado y desatascado todos los problemas que se ha venido encontrando durante el último año».

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En cualquier caso, la diputada popular aseguró que su partido no ‘castigará' desde las instituciones a Ciutadella por cambiar de color político. «El PP defenderá como siempre el interés general, porque gobierna para todos, como demuestra por ejemplo en Maó. En cambio, la izquierda acostumbra a ser más sectaria y radical y sí toma represalias, como he sufrido yo misma en Alaior».

«Juaneda (Més) no lo ve bien»

La presidenta del PP recordó que «ha sido necesario que dimitieran dos concejales del PSOE que no estaban de acuerdo para que la moción de censura haya seguido adelante» y dijo tener constancia de que tampoco el ya exconseller y excoordinador general de Més per Menorca, Josep Juaneda, estaba conforme con esta medida.

Interpelada por todos los medios, la alcaldesa Juana Mari Pons también volvió a pronunciarse y tildó la mocion de censura de «injustificada. Habría que tomarse las leyes más en serio, pues queda patente que solo buscan la silla y el sueldo».

La también presidenta del PP-Ciutadella anuncia una «oposición firme» a partir del 20 de julio. Varios de sus concejales afirman sentirse «tranquilos» y convencidos de dejar el gobierno «con la cabeza alta».