El sector de la limpieza es aún mayoritariamente femenino. | FREEPIK

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«Cuesta mucho encontrar personal cualificado, hay poco compromiso, trabajadoras que vienen un día y si encuentran otra cosa al día siguiente se van, y otras que son de fuera y han trabajado bien, pero ahora no pueden venir a la Isla porque no tienen dónde vivir», se lamenta una empresaria menorquina del sector profesional de la limpieza.

La situación esta temporada, debido a la falta de personal y el absentismo, cifrado en un 10 por ciento por la Agrupació Balear d’Empreses de Neteja (Abenet), «va a ser catastrófica», según declaró ayer el presidente de la patronal, Ángel Llull, porque el sector afronta un momento «crítico» debido a la falta de mano de obra.

Abenet reclama a las administraciones públicas medidas de carácter estructural que ayuden a solucionar un problema que amenaza la viabilidad de las empresas. La vivienda asequible es lo que más urge; también ayudaría que el proceso para regularizar inmigrantes que quieren trabajar en el sector, y tienen un contrato a su alcance, se agilice; por último, Llull apunta a que el colapso del sistema sanitario repercute en que se prolonguen las incapacidades laborales temporales.

Un 10 % menos cada día

«Las bajas son de mayor duración, los médicos van cargados de trabajo y las visitas se espacian cada vez más, la saturación de la sanidad también influye», afirmó el presidente de Abenet. La asociación estima que debido a las bajas y «a los derechos que emanan de los convenios», «cada día un 10 por ciento de la plantilla falta a sus puestos de trabajo», una proporción que se da igualmente en Menorca.

Algunas empresas consultadas corroboran las dificultades para completar las plantillas, que suelen doblarse en temporada respecto al personal del invierno; no obstante hay negocios que prefieren mantener el mismo número de empleados todo el año aunque el trabajo baje mucho en invierno, porque así se ahorran la búsqueda de personal al comienzo del siguiente verano. El sector es todavía mayoritariamente femenino, aunque empieza a haber cada vez más hombres en la limpieza profesional, que abarca tanto casas particulares como vacacionales, oficinas, comunidades de vecinos o locales, entre otros.

El sector es «fundamental para mantener la salubridad y la higiene en espacios públicos y privados», sostiene la patronal en una nota de prensa, y la falta de mano de obra no solo pone en peligro las empresas sino también «el conjunto de la economía, por su carácter transversal y de valor añadido para el resto de sectores».

La hostelería atrae trabajadoras del sector de la limpieza para formar sus equipos de camareras de pisos, «si ellos están mal, nosotros peor», asegura Llull. De media, una trabajadora de la limpieza profesional gana el salario mínimo, 1.100 euros mensuales en 14 pagas, con el que no pueden afrontar un alquiler a los precios actuales, y menos en plena temporada turística en las Islas.