Protesta en Ciutadella con la pancarta a favor de catalán vetada por el Ayuntamiento en Sant Antoni. | Josep Bagur Gomila

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Si en el pasado ya se habían dado de alta como socios de Plataforma per la Llengua, el siguiente paso de diez de estos militantes establecidos en la Isla fue la formación del grupo ‘Voluntaris Actius de la Plataforma per la Llengua Menorca’, vinculado a la organización matriz que defiende la cultura y la lengua catalana.

Sin embargo, una serie de discrepancias con la delegación autonómica radicada en Mallorca en su punto de activismo más álgido ha hecho saltar todo por los aires y ha acabado truncando los planes del colectivo.

Después de la protesta multitudinaria convocada frente al Ayuntamiento de Ciutadella a inicios de febrero, la actividad del grupo se ha ido diluyendo con el paso de los meses hasta acabar con su disolución. Así lo ha podido confirmar este diario, teniendo conocimiento de que la gota que colmó el vaso fue la fallida campaña de chapas para identificar a los sanitarios que hablan catalán, importada desde la isla vecina y de Sanitaris per la Llengua a principios del pasado mes de abril.

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Disputas entre asociaciones

«Uno de los voluntarios contactó con el doctor Tomeu Ramis, director de Sanitaris per la Llengua, quien invitó al grupo de voluntarios menorquines a participar en la iniciativa», explica una de las fuentes consultadas.

Después de realizar una «ardua labor» de búsqueda y reconocimiento de los profesionales sanitarios que se ofrecían a portar la identificación, el mismo día en que llegaron las chapas a la Isla, la delegación autonómica de la Plataforma per la Llengua acabaría desautorizando la importación de la campaña.

De aquí se extrae una disputa entre grupos en la que también se incluye a Acció Cultural de Menorca. Los exvoluntarios menorquines de Plataforma per la Llengua habían intentado establecer contacto en su momento con Acció, una interacción que la delegación balear de la Plataforma dejó «radicalmente prohibida de muy malas maneras y rozando la ofensa». Así, los exvoluntarios entienden que son «medidas contraproducentes» para la defensa del catalán, un objetivo que persiguen todas las plataformas del ámbito.

El apunte

La dirección general de la Plataforma se escuda en la postura de la delegación balear

Al ser consultados por este diario, la dirección general de la Plataforma per la Llengua desestimó hacer ningún tipo de declaración respecto a la disolución de su grupo en Menorca.

En primer lugar, los ya exvoluntarios menorquines pidieron explicaciones por escrito a la delegación balear: «Que nosotros siempre queremos colaborar, que fue algo de Obra Cultural Balear —coordinadora de Sanitaris per la Llengua—,    que no se acabó de atar bien», fueron algunas de las justificaciones dadas y que no acabaron de convencer al grupo de la Isla. Así pues, acudieron al presidente general, Òscar Escuder, quien siempre había tenido palabras de enhorabuena para los voluntarios. Sin embargo, se toparon con una respuesta idéntica en la que refrendaba su apoyo al delegado autonómico, descartando la apertura de un expediente para investigar lo ocurrido.

Esta falta de autonomía para desarrollar su labor ha interrumpido de forma definitiva su actividad en Menorca.