Unas 60.000 personas salieron a la calle el 20 de abril en Canarias para protestar por la sobreexplotación turística. | Alberto Valdés/EFE

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El GOB lidera una nueva movilización social para forzar a la administración a tomar medidas urgentes contra la creciente masificación que sufre Menorca.

El ejemplo de la movilización de Canarias y la inminencia de una temporada turística que se presume que volverá a batir todos los récords en la afluencia de visitantes han puesto en alerta a las entidades sociales y ecologistas.

Creen que cabe actuar para combatir el crecimiento de estos últimos años y los «preocupantes anuncios institucionales» de los nuevos gobiernos. Con este objetivo, el GOB ha iniciado contactos con diversas asociaciones para, según su coordinador Miquel Camps, «consensuar propuestas que permitan reconducir la situación e impulsar acciones si el Consell sigue rehuyendo su responsabilidad».

Miquel Camps remarca que la masificación «ha empeorado la sensación de bienestar de los residentes. La subida de precios no se está traduciendo en una subida de sueldos, de tal forma que la renta per cápita de Balears ha pasado de ser la más alta del Estado en los años 80 a situarse en la parte media-baja, pese a que recibimos el triple de turistas que entonces».

«En Canarias -apunta- se están movilizando para reivindicar mejoras que Balears ya lleva años planteando, pero que han arrojado resultados discutibles». Así, por ejemplo, Canarias pide una moratoria turística que Balears ya tiene en vigor desde 2022 «y que Menorca quiere ser la primera isla en levantar, pese a ser la más desprotegida y la que más podría crecer en número de plazas turísticas».

Subir la ecotasa

Canarias también pide que se implante una ecotasa, cuando la puesta en marcha en Balears «no ha servido para descongestionar el turismo en Menorca». Miquel Camps cree que el precio del impuesto, un máximo de 4 euros por noche en hoteles de lujo, «es demasiado bajo» y propone «aumentarlo sobre todo en los meses de julio y agosto para desincentivar el turismo y repartirlo entre los meses de la temporada».

Pero la medida más urgente, según el GOB, pasa por restringir ya la entrada de vehículos a la Isla a partir de este mismo verano. La nueva Ley de la Reserva de la Biosfera faculta al Consell de Menorca a hacerlo, pero el gobierno del PP se niega a aplicar ya esta medida hasta que no disponga de nuevos estudios más «fiables» que los llevados a cabo en el pasado mandato, que cifraban en un 30 por ciento el exceso de coches que circulan por la carretera general en los meses de julio y agosto. «Cuando Formentera empezó a restringir la llegada de vehículos, el tráfico tan solo se excedía en un 20 por ciento», recuerda.

El apunte

El presidente de los hoteleros dice que «no hay masificación»

Para el presidente de los hoteleros, Sebastià Triay, la saturación no es un problema que retraiga al visitante. «En Menorca no hay masificación. Los turistas, ni la notan», asegura el empresario, quien reduce el problema a «40 días, de mediados de julio a finales de agosto, y solo en momentos puntuales, como el acceso al centro de Ciutadella los días de mal tiempo». Triay pide a Més que «ponga los pies en el suelo, porque vivimos del turismo. No puede pedir que se cierre el grifo a los turistas, cuando la desalinizadora tan solo funciona al 30 por ciento de su rendimiento».