La doctora Montserrat Pons señaló que la prensa constata el aumento de los delitos sexuales y que, sobre todo, los causantes son menores, además del aumento de los trastornos psiquiátricos entre la adolescencia, «estas noticias tienen en común que la génesis de estos problemas están relacionados con el mal uso de las pantallas digitales, por tanto, es un problema que abarca muchas esferas de nuestras vidas», aseguró.
Pons señaló la existencia de una revolución digital y que desde hace treinta años la vida de las personas ha cambiado en los ámbitos personal, familiar y profesional. Referente al uso de las pantallas digitales de los niños, aseguró que hace treinta años mirar la televisión era un acto más en el ámbito domiciliario, más compartido, más familiar, mientras que en la actualidad las pantallas están más omnipresentes en todos los ámbitos de la vida, con un contenido más interactivo y más individual. En este sentido, afirmó que «en 1970 los niños empezaban a ver la televisión a los 4 años y ahora lo hacen a los 4 meses. De todos los cambios digitales que ha habido el que tiene mayor incidencia y más nos preocupa son las pantallas móviles por su omnipresencia, menor control por parte del adulto, lo que dificulta el aprendizaje de la gestión de las emociones y la frustración. Las consecuencias son muy distintas según la edad, de ser menor de 8 años a ser preadolescentes y adolescentes», señaló.
La doctora subrayó las repercusiones negativas según diferentes estudios que han comparado franjas de edades, por lo que los niños de 0-8 años que han abusado de pantallas tienen más dificultades cognitivas, menos capacidad de atención, que los que no lo han hecho. Otro ámbito del desarrollo de los niños que se ha abandonado mucho es el lenguaje. «El uso de pantallas digitales en menores de 3 años puede retrasar el lenguaje y hacerlo más pobre, por lo que no se recomienda el acceso de medios digitales a los menores de esa edad», aseguró.
Otro ámbito con muchas repercusiones negativas en la primera infancia y preadolescencia es el del descanso nocturno, dado que las pantallas digitales por la noche hace que la gente no tenga sueño, por lo que se ha recomendado evitar el uso de pantallas en los dormitorios de los hijos. También señaló repercusiones en la visión, con el aumento de la miopía en los últimos años que se ha relacionado con las pantallas digitales.
Otro punto que subrayó como muy importante es que las referidas pantallas pueden afectar a la interacción cuantitativa y cualitativa entre los progenitores y los niños, dado que afectan negativamente a los principales aprendizajes infantiles, como son la gestión de emociones, entre otros. La ponente también aseguró que las redes sociales se consideran más adictivas que el tabaco y el alcohol y lo logran con sistemas como los likes, por ejemplo. «En China, la emisión de internet se considera un problema de salud pública y la OMS ya lo considera».
También se refirió que el aumento de tiempo para mirar vídeos y videojuegos disminuye el rendimiento académico y las consecuencias negativas entre los preadolescentes y adolescentes por el sexting, que es enviar material erótico a la pareja y de forma consentida, y que terminada la relación se puede hacer uso de chantaje, entre otros.
El apunte
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Tener a los niños y niñas toda la mañana delante de un ordenador es como si en el colegio les dieran de fumar.