Señales y carteles advierten de la presencia de los radares y el límite de velocidad.    | Josep Bagur Gomila

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Afectados de Es Migjorn, empresas de Rent a car y residentes de temporada en el municipio muestran su indignación tras haber recibido en las últimas semanas varias multas del pasado verano. Critican lo que entienden como un afán recaudatorio, tanto del Ayuntamiento como de las empresas contratadas que gestionan los radares y notifican las multas porque entienden que buscan su beneficio, e incluso cuestionan una información deficiente cuando se instalaron los radares, especialmente la que llega a los residentes de temporada.

«Es una locura, en un solo día esta semana hemos recibido 63 cartas de correos con otras tantas multas», explican desde Autos Pons, con ubicación en Ferreries. Casi todas ellas pertenecen a clientes que alquilaron vehículos en el mes de agosto y algunos en septiembre y circularon por Es Migjorn, «por lo que estamos temerosos de las que puedan llegar todavía muchas más de los meses siguientes». Esta acumulación supone «un enorme trabajo porque hay que localizar el contrato y al conductor para demostrar que estaba alquilado ese día y enviar los datos a Tráfico para que reenvíe la sanción al infractor», señalan desde la empresa de alquiler de coches.

«Ni han informado convenientemente ni atienden como es debido», indica otro residente en Es Migjorn que ha recibido otras tres sanciones de agosto, prácticamente al mismo tiempo. «Llamas al Ayuntamiento y te redirigen a la empresa que notifica, y esta lo que hace es ofrecer una carta de pago para que las abone todas juntas», denuncia un afectado. «Va a haber muchos recursos porque la ley dice que esas multas han prescrito».

Otro residente de temporada en Es Migjorn explica que falta claridad en la información que da la empresa. «Yo pienso recurrir, pero es que esta empresa me explicó que si hay algún trámite intermedio, o cualquier consulta desde que se cometió la infracción, el plazo se detiene hasta que está resuelto, de ahí que me hayan instado a que pague, que es lo que haré aunque recurra». Revela, además, que «mi suegra acaba de recibir dos multas y mi cuñada otras seis, esto no es normal».

El mismo veraneante asegura que «como residente en el estío yo no he recibido ninguna información del Ayuntamiento y tampoco es mi obligación estar mirando la web municipal o el facebook del Consistorio, para mí se trata de un afán recaudatorio absoluto de todas las partes implicadas en el proceso».

El apunte

Las infracciones leves prescriben a los tres meses, según la Ley de Tráfico

Desde el Consistorio migjorner han explicado que las infracciones detectadas en junio, julio y la primera semana de agosto han prescrito al exceder los seis meses que marca la ley desde que fueran cometidas. Sin embargo, este plazo de medio año se da en aquellas que hayan sido calificadas como graves o muy graves, esto es, que se haya excedido en más de 20 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida que controla el radar. La misma ley de Tráfico, en su artículo 112, indica que si la infracción es considerada leve, prescribirá a los tres meses si no ha sido notificada. Se considera leve si la velocidad excedida no supera los 20 kilómetros por hora de la máxima permitida. En los tramos de Es Migjorn donde se ubican los radares, las velocidades máximas son de 30 y 40 kilómetros por hora.

Los plazos en las prescripciones, por tanto, pueden dar pie a otra avalancha de recursos que se dirigen al Ayuntamiento de Es Migjorn porque gran parte de las infracciones detectadas por los cinemómetros son consideradas leves, con un importe de 100 euros. Las graves y muy graves ya acarrean pérdida de puntos en función de la velocidad excedida. Dado que son tramos urbanos, si el radar capta entre 21 y 30 km/h por encima del límite, se pierden 2 puntos; entre 31 y 40 km/h, serán 4 puntos; y entre 41 y 50 y a partir de 51, se pierden 6 puntos (en este caso, la diferencia reside en la multa económica, que asciende de 500 a 600 euros).