El presidente de Sebime, José Moreno, apuntaba ayer que «en términos generales estamos contentos» por los resultados obtenidos durante los cuatro días de feria, desde el jueves al domingo.
Durante el evento han apreciado distintos perfiles de clientes, «el jueves y viernes eran empresas que buscaban componentes de kilómetro cero» para incorporar a sus propios procesos, para fabricar sus productos. En cambio, el fin de semana eran «comerciantes que buscaban productos acabados para venderlos en sus tiendas».
Es así que el resultado ha sido un tanto desigual para las seis fábricas menorquinas, Mir Fornituras, Inbime Mahón, Roman Camps, Anga Bisutería, Estampadora Mahonesa y Vanderly.
En cualquier caso, sí que se ha apreciado «un incremento de nuevos compradores de Europa», lo cual ha abierto nuevas vías de comercialización.
Un sector difícil
No cabe duda que, hoy en día, el volumen de negocio del sector bisutero se aleja mucho de lo que fue. «Si recordamos las ferias de hace diez o doce años, las cosas han cambiado mucho», admitía Moreno, quien recuerda que en la Isla apenas quedan un par de docenas de fábricas. Y a eso hay que añadirle «la situación que estamos viviendo, con una gran inflación, el encarecimiento de los materiales», lo cual complica mucho la viabilidad de las empresas.
Aún así, Moreno es optimista con los frutos que pueda dar Bisutex. «Antes quizá se cerraban más operaciones, ahora se hacen contactos y luego hace falta mucho trabajo comercial, enviar muestras para que comprueben la calidad y que todo esto se convierta en pedidos concretos», concluía Moreno.
El apunte
Sin presencia menorquina en el Salón Homi Fashion & Jewels de Milán
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