«Actualmente, las Policías Locales padecen una cierta pérdida de identidad y cada vez se parecen menos al concepto inicial». Con estas palabras tan contundentes define el inspector de la Policía Local de Palma Jaume Pla Forteza, jubilado desde el año pasado, la situación en la que, a su modo de ver, se encuentran las fuerzas públicas de seguridad de ámbito municipal tras la progresiva desaparición del policía de barrio.
Después de 40 años de servicio, y tras haber impartido varios seminarios en Menorca, Pla Forteza regresa a la Isla para compartir su experiencia y visión en una conferencia que se desarrollará hoy a las 20 horas en el Espai Sant Josep de Ciutadella. La charla, organizada por la Asociación de Vecinos de Ciutadella Vella, girará en torno a las funciones de las Policías Locales y la obligación que tienen, en palabras del ponente, de garantizar la convivencia y combatir la denominada «violencia ambiental».
Si asumir objetivos tan lícitos como velar por el orden y la seguridad que tratan de cumplir los agentes del Estado (el Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil) significa ir en detrimento de las funciones propias de las Policías Locales, como el control del cumplimiento de las ordenanzas municipales o la ordenación del tráfico en el casco urbano, «estas áreas quedan desatendidas», recuerda Jaume Pla Forteza.
El problema resultante, insiste, es «el incivismo que vivimos cada día». Temas prioritarios como el exceso de ruido en las viviendas, las molestias por suciedad y malos olores en la vía pública o las desobedicencias al aparcar son situaciones cotidianas que todos padecemos en mayor o menor medida y que generan, precisamente, lo que Pla Forteza señala como «violencia ambiental».
«Esos inconvenientes que a menudo nos violentan y, en definitiva, ese incivismo, forman parte de las competencias que las Policías Locales tienen en origen», subraya el inspector ya jubilado. En este sentido, resalta que «poner el foco en la seguridad ciudadana general propia de los cuerpos estatales nos hace variar el esfuerzo y presupuesto hacia ese otro tipo de funciones, generándose una cierta confusión» de responsabilidades en perjuicio de los ciudadanos y el conjunto de la comunidad.
Recuperar el ‘policía de barrio'
«La pérdida de identidad de las Policías Locales la padecemos todos los ciudadanos», explica Jaume Pla Forteza, «y deberíamos reformular el modelo para cubrir todas las necesidades». A este respecto, se refiere a apostar por la recuperación de la figura del ‘policía de barrio', de aquel que pisa el terreno, contacta con los vecinos y detecta de primera mano las situaciones generadoras de violencia ambiental.
«Cada euro que se invierte para que un Policía Local siga las pistas de un robo impide que un policía de barrio esté en la puerta de un colegio asegurando la integridad física de nuestros hijos», destaca.
El apunte
«Cuando logremos una Ciutadella segura y tranquila, estaremos satisfechos»
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Este hombre tiene razón. La pérdida de agentes de policía que vigilaban sus comunidades locales a pie, apoyados por patrullas de automóviles y motocicletas, ha llevado a la rápida desaparición de la ley y el orden en Menorca. Los grafitis y los daños son los signos más visibles de esta desaparición. La policía tiene que demostrar a los sin ley que es la policía la que está al mando de las calles y comunidades de Menorca, y los juzgados tienen que transmitir ese mensaje con las sentencias que demanda la ciudadanía.
Para este análisis tan simplista no hacia falta traer a nadie desde Mallorca. El principal problema es la falta de valores y civismo de la sociedad en general. Por otro lado está el trato que están dando los políticos a las fuerzas y cuerpos de seguridad en general, lo que incluye a las policías locales, mermando su carácter de agentes de la autoridad. Aquí también parte de la culpa la tiene la judicatura que en ocasiones trata peor a los policías que a los denunciados. Otro problema es, en los pueblos pequeños el poco interés que tiene el alcalde o concejal de turno de tener una policía equipada y preparada. En los últimos años las plantillas han ido mermando en efectivos por jubilaciones y pases a segunda actividad sin poder suplir aquellas bajas con policías en la calle. Por último, y seguro que olvido otros problemas, las normativas que deben proteger al ciudadano honrado son incompletas o inexistentes, pero es el policía local el que debe dar la cara.
Y creo que aquí no somos racistas, pero la delincuencia a subido una barbaridad, las agresiones y peleas en el puerto e inseguridad ciudadana. Detro de unos años estaremos como en Venezuela.....
Violencia ambiental, violencia física, violencia psiquica, violencia de género, violencia política...Todo es violencia con la izquierda.
Invertir en policía no es guay. Como resultado tenemos que no hay policias que controlen las infracciones de tráfico, aparcamiento, circulación de bicicletas y patinetes, ocupación de via pública, tenencia de animales, ruidos molestos de motocicletas y un largo etcétera. Los infractores saben que no hay control y sin control no tienen porqué cumplir ninguna norma. Pero es mejor destinar el dinero a cosas más necesarias, como el rocódromo y colgar del balcón una banderita diferente cada semana, como ejemplo de la multitud de inutilidades en las que se gasta nuestro dinero el consistorio. Eso sí es moderno. Eso sí es guay.